La guinda para la fiesta: ideas divertidas

Lo ideal a la hora de disfrazarnos es disponer de tiempo para confeccionar un traje perfecto sin agobios. Sin embargo, muchas veces tenemos poco tiempo y postergamos las cosas para hacerlas a última hora; en otras ocasiones sucede que la idea de disfrazarnos aparece en el último momento, cuando los preparativos se están ultimando. Por ejemplo, se nos puede ocurrir como toque final a todo el trabajo que hemos estado haciendo para que las Navidades de este año sean inolvidables.

En este punto, no nos queda más remedio que recurrir a la improvisación. A partir de aquí, tenemos dos opciones: la primera, optar por un disfraz clásico navideño, como Santa Claus, rey mago o duende; o, como segunda posibilidad, hacernos con un traje que sorprenda a nuestros comensales tanto como la idea de habernos disfrazado. Para esto, os proponemos una lista de ideas:

  1. Disfraz de regalo de navidad: este disfraz es muy sencillo de confeccionar. Basta con que te vistas de forma uniforme, con un color vistoso. También puedes optar por un traje a rayas o con lunares. Por otro lado, deberás confeccionar un lazo grande: si eres mujer, sería perfecto que te lo pusieses en el cabello; en caso de ser hombre, es más adecuado en la solapa.
  2. Disfraz de nevada navideña: basta con que te pongas un traje blanco. Puedes poner nieve artificial sobre tu cabello y zapatos. Puedes ponerte una boina blanca o pegar copos hechos con cartulina por tu cuerpo.
  3. Disfraz de roscón de reyes: necesitas un flotador, al que forrarás o pintarás de marrón y ornamentarás con cartulinas de colores simulando las frutas escarchadas. Sólo tendrás que ponértelo y vestirte con un traje oscuro. Como colofón, puedes usar un gorro de cotillón o una corona de rey.
  4. Disfraz de langostino: vístete de naranja o rojo. Sobre la base de un gorro de un color similar, debes coser unos botones negros que simulen los ojos, así como dos hilos largos de lana negra, a modo de bigotes. Como patas, puedes usar unos calcetines gruesos anaranjados. Si quieres, puedes llevar en la mano un frasco de mayonesa.
  5. Disfraz de burbuja de Freixenet: tendrás que conseguir unas mayas o leggins dorados, que podrás encontrar en cualquier bazar de barrio; por otro lado, tendrás que conseguir una camiseta y zapatos del mismo color o que puedas pintar con un aerosol. En general, cualquier ropa dorada que tengas en el armario puede servir. Deberás recoger tu cabello en un moño. Por otro lado, cualquier parte de tu cuerpo que quede al descubierto, especialmente tu cara, deberá ser decorada con purpurina. Por supuesto, conviene que acompañes tu disfraz con la botella con la que brindaréis al final de la noche.

¡Feliz Navidad y mucho humor!

Fiestas de Nochevieja temáticas

Aunque antiguamente la noche de fin de año era tan familiar como la de Navidad, con el paso de los años, esto ha cambiado. La celebración de Nochevieja se ha convertido en la excusa perfecta para participar en fiestas que duran toda la noche. Lo más común es que las personas cenen y se tomen las uvas en sus casas con su familia. No obstante, una vez han terminado los brindis de rigor, apenas quedan unas cuantas migajas sobre las bandejas de turrón y la abuelilla empieza a cabecear, empieza la segunda fiesta.

Con el nuevo año, los jóvenes –y no sólo éstos– aprovechan para reunirse en fiestas de mayor o menos envergadura. Tanto da una pequeña reunión entre amigos en un piso de soltero como una macrofiesta en la discoteca de moda: la cuestión es pasarlo bien y lucir nuestras mejores galas para iniciar el año con buen pie.

El hecho de tener que comprarnos un traje, ir a la peluquería y maquillarnos puede ser tan costoso como tedioso, precisamente en un día en el que vamos a tener que aguantar muchas horas despiertos. Es muy difícil que conservemos intacta nuestra estética y es muy posible que nuestras prendes se deterioren (una lástima). Por eso, podemos tomárnoslo con humor y, en lugar de organizar una pasarela de modelos para nuestra fiesta, optar por un plan más original: una fiesta de disfraces.

En el caso de que seamos nosotros los anfitriones y deseemos que nuestra fiesta pase a los anales de nuestra vida, tenemos que tener en cuenta varias cuestiones. Para facilitaros el trabajo, os hacemos un breve glosario puntos a considerar:

1. Date tiempo: sería importante que lo acordaseis por consenso y con cierta antelación para que la gente no se agobie llegado el momento de confeccionar su traje.

2. Elige un tema divertido: un época concreta (las décadas se llevan mucho: años veinte, sesenta, ochenta, etc.); personajes de película, cómic, videojuegos, cuentos populares…;personajes históricos, animales. Incluso podéis disfraros unos de otros por sorteo e interpretar comportamientos.

3. Decora la vivienda o local en consonancia con el tema elegido.

4. Elige música apropiada.

5. Organiza un concurso de disfraces: puedes tomártelo en serio o crear premios de broma. Para esto puedes hacer diplomas con cartulinas o medallas e incluso trofeos con fimo o plastelina. Incluso puedes confeccionar aperitivos temáticos: por ejemplo, haces una fiesta de las mil y una noches, podrías poner dátiles, humus, cuscus o dulces típicos. Todo depende de tu presupuesto, tiempo, ganas e imaginación.

Lo más importante es que crees un clima en el que pasarlo bien. Y el hecho de elegir una fiesta temática es la ocasión para que se den más oportunidades para reír y recordar el paso a un nuevo año en la mejor compañía.

Disfraz de Rudolf

Aún faltan unos pocos días para la llegada de la Navidad. Estos días, por lo general, todo son prisas y preparativos. No obstante, si tienes un poco de tiempo libre y todavía no te has hecho con un disfraz, he aquí una propuesta que quizá te interese.

Rudolf, el reno que acompaña a Santa Claus en la entrega de regalos es, al mismo tiempo su favorito. Lo mejor de hacernos con un traje suyo, aparte de lo entrañable que resulta, es que se trata de un disfraz apto para cualquier miembro de la familia, independientemente de su edad o sexo.

Para confeccionar un disfraz de reno, lo más importante es que consigamos un pantalón –al que podremos añadir un rabito en la parte trasera– y una camisa, camiseta o jersey marrones y, a ser posible, que nos queden holgados. Igualmente, debemos adquirir unos calcetines gruesos blancos y unas manoplas del mismo color. Dependiendo de como sea la prenda que cubre nuestro torso, podemos hacernos con un pedazo de fieltro de un tono un poco más claro para coserlo –o pegarlo– a la altura del vientre. Éste habrá de tener forma redondeada y cubrir hasta el pecho.

En la cabeza estará la clave de nuestro disfraz. Aquí tenemos varias opciones. La primera, y quizá la más sencilla, sea elaborar una careta con un pedazo de cartulina y una goma. La careta tendrá que tener forma ovalada y, al pintar la cara, hemos de dibujar una gran nariz roja (al margen de que hagamos algún agujero a esta altura para poder respirar. Los ojos deben ser también mucho más grandes que los nuestros. Por otro lado, de la máscara debería sobresalir unos cuernos grandes.

La segunda posibilidad parte del maquillaje. Deberíamos colorear nuestra cara de un tono marrón. Si pensamos que esto es incómodo, al menos deberíamos pintar nuestra nariz de color rojo. Sería aún mejor si nos hacemos con la típica nariz de payaso.

En lo que respecta a los cuernos, podemos hacerlos nosotros mismos. Tan sólo necesitamos una diadema un par de pedazos de alambre. Ataremos cada alambre en un lado de la diadema que después llevaremos puesta. Después, lo podemos forrar con cualquier material que se nos ocurra para darle grosor: por ejemplo, con papel de periódico o algodón. Para finalizar, forraremos los cuernos con fieltro o cartulina marrón. Si nos resulta muy complicado, podemos hacerlo directamente con cinta aislante de este color. También podemos hacer unas orejas que sujetar a la diadema por debajo de los cuernos.

Otra opción es comprar directamente un gorrito con la cara de Rudolf. Estos se suelen encontrar con facilidad en los mercadillos navideños. Será mucho más económico que hacernos con el disfraz completo.

En Navidad sólo los perros se disfrazan

El mercado de los disfraces navideños abarca todos los ámbitos. Y, cuando decimos todos, realmente nos referimos a cualquier cosa. El hecho de que los animales se vistan con ropa que se asemeja a la humana, especialmente, los perros, no es algo nuevo.

No obstante, lo que quizá no sabíais es que también existe un amplio mercado de accesorios y complementos para ellos. En esta línea, llegadas las fechas navideñas, se nos puede ocurrir la idea de disfrazar a nuestra mascota. Si nos metemos en google y tecleamos “disfraces para mascotas” nos encontramos con cientos de miles de resultados. No obstante, lo más sorprendente es que la inmensa mayoría de estos disfraces son para perros. Si cambiamos en nuestro buscador la palabra “mascota” por “perros”, encontramos más resultados todavía. En cambio, si añadimos cualquier otro animal de compañía que se nos ocurra –por ejemplo, “gato”, “cobaya”, “conejo”, “hamster”, “ratón”–, lo que nos encontramos son disfraces para humanos de estos animales. Y eso, aunque estemos especificando que queremos disfraces “para” ellos y de “Navidad”. Apenas con los felinos y hurones encontramos alguna minúscula excepción.

Aunque los disfraces más llamativos y bizarros para perros son, como no podría ser de otra manera, los de Halloween, la temática navideña no queda atrás. Podemos adquirir disfraces de Papá Noel, Mamá Noel, renos y duendes; de los reyes magos y sus pajes; de cualquier personaje bíblico (incluida la mula y el buey). Por otro lado, cualquiera de estos trajes suele estar disponible en varias tallas. Lo curioso es también, lo completos que suelen estar estos disfraces, no les falta ningún complemento. Los precios para disfraces para perros son ligeramente más baratos que los disfraces infantiles.

Si estamos en una familia en la que sea costumbre que todo el mundo se disfrace cuando llegan las fechas señaladas, puede ser una opción a considerar; también, si la idea nos ha hecho mucha gracia y tenemos curiosidad por probar. No obstante, en épocas de crisis, tenemos que pensar en nuestras mascotas y priorizar sus cuidados. Con esto queremos decir que, si el presupuesto es limitado, quizá el mejor regalo para nuestra mascota no sea tanto un disfraz como una visita a un peluquería canina o la adquisición de un juguete para que se divierta, cuide su higiene o aprenda.

Por otro lado, si tenemos un perro y mano para la costura, en muchas páginas web podemos descargar patrones para confeccionar su disfraz en casa. La mayoría de las páginas que encontramos cuando buscamos suelen ser tiendas, pero podemos ir un poco más allá y salir de la espiral consumista si ponemos en nuestro buscador de referencia la palabra “patrones”.

No obstante, lo divertido sería idear un disfraz para cualquier otra mascota que no sea nuestro perro.

Belenes vivientes

Vista general del pueblo de Belén en la representación de Laguna de Duero.

A lo largo de la geografía española, encontramos muchos pueblos que, cuando se acerca la Navidad, dedican gran esfuerzo y tiempo en la representación de belenes vivientes. Este tipo de iniciativas parten normalmente de un grupo de vecinos que, con mucha ilusión, dedican meses a la preparación de los disfraces y escenografía para la representación de la escena de la natividad. Normalmente no son profesionales, pero el esfuerzo de los años forja en ellos habilidades en el disfraz e interpretación más que admirables.

Una buena actividad para las familias durante las vacaciones es ir a visitarlos. Suelen ser espectáculos gratuitos o muy económicos que nos pueden hacer pasar una tarde muy entretenida. Por otro lado, a los amantes del disfraz, contemplar cómo pueden llegar a estar de bien elaborados los disfraces, les puede aportar múltiples ideas e inspiración.

Si hacemos un recorrido por los belenes más famosos, cabe detenerse en el de Buitrago de Lozoya (Madrid). Aprovechando el recinto histórico-artístico del pueblo, representan treinta y nueve escenas, con más de doscientos actores actores, equipo de sonido propio, un servicio de orden del Belén y un cuerpo técnico de apoyo a la representación. Éste fue premiado como Fiesta de Interés Turístico y fue ganador del premio como mejor actor de “Premis Internacionals Mundo Teatre 2000” de teatro de aficionados. Los pases de este año serán los días 18, 19, 25 y 26 de diciembre a las seis y media de la tarde.

También en Madrid, en Pedrezuela de las Torres, tenemos un belén que destaca, además de por sí mismo, porque se cocinan platos típicos, como gachas, migas, caldo o rosquillas. Además, destaca el gran número de animales implicados en la representación. A cargo de la Asociación “Las Torres”, se escenifican tres actos con veintisiete escenas y más de noventa actores. Apuntad: el día 25.

Si estáis más próximos a Valladolid, quizá os interese el belén de Laguna de Duero. Lo más destacado de esta representacion es que buena parte de ella se realiza por la noche, por lo que destaca el juego de luces y sombras (hay velas, hogueras, antorchas) en la iluminación de las escenas. Las representaciones serán los días 25 de diciembre y 2, 5 y 6 de enero.

En Cataluña también podemos encontrar varios belenes vivientes de prestigio. En primer lugar, tenemos el de Bàscara, en Girona: probablemente sea uno de los más antiguos. Se trata de un pueblo medieval con un aire rústico de ensueño. Están implicados más de trescientos actores. Por un lado, hay una introducción en la iglesia del pueblo, mientras que el resto son escenas plásticas con actores inmóviles repartidas por todo el pueblo. Se celebrará los días 19, 25 y 26 de diciembre; así como 1 y 2 de enero, siempre, a las siete de la tarde.

El belén de Torre del Suro (Barcelona) se representa en el barrio Guinardó. La torre mencionada está rodeada de un bosque modernista, en torno al cual se organiza el mencionado belén. Está integrado completamente por personas con una discapacidad intelectual. Se celebrará el día 21 a las seis de la tarde.

Disfraza también a tu casa

Al ser una época especial, durante la Navidad tenemos licencia para hacer cosas a las que no estamos acostumbrados normalmente. Por eso es uno de los momentos del año en que podemos encontrar a más personas disfrazadas por las calles. Además, casi cualquier lugar al que vayamos tendrá algún motivo inspirado en la fiesta.

Quizá el valor más importante, según el espíritu navideño, sea la familia y con ella, el hogar. Si estamos de acuerdo con ello, y queremos hacer del encuentro con los más cercanos un momento especial, debemos poner especial empeño en la decoración de nuestras casas.

A la hora de escoger la decoración, es importante tener en cuenta los diferentes motivos entre los que podemos escoger o combinar para obtener nuestra casa vestida de Navidad. Ello dependerá, primero, del espacio del que dispongamos, segundo, del presupuesto y, tercero, del grado de saturación navideña en el que estemos interesados.

En primer lugar cabe mencionar al clásico abeto navideño. Éstos pueden ser de plástico o naturales: la ventaja de los primeros es que son reutilizables; la de los segundos es que pueden replantarse. Éstos suelen venir decorados con bolas de colores y otras figuras colgantes de diferentes formas. Por otro lado, algunas personas emplean espumillón. También se le suelen colocar luces de colores parpadeantes. En la cima será donde irá situado el adorno de mayor tamaño.

Por otro lado, otro elemento muy común son los belenes: éstos pueden ser tan simples como un portal de belén con apenas el misterio, o complejas recreaciones de Belén en la época del nacimiento de Cristo.

Si nuestro hogar es laico, podemos sustituir el clásico belén por un paisaje navideño que recree una ciudad invernal. Podemos confeccionarlo a partir de la adquisición de casitas en miniatura del tipo belga. Por debajo podemos poner algodón, para simular la nieve.

En la tradición anglosajona, donde las casas con chimenea son frecuentes, son corrientes unos grandes calcetines colgados, bordados con el nombre de un miembro de la familia.

Al margen de estos grandes elementos, cabe mencionar que los pequeños detalles son los que completan la decoración navideña del hogar: por ejemplo, podemos poner gorritos de Papá Noel por las esquinas, ángeles o figuras de gnomos; también podemos elaborar centros de mesa confeccionados con bolas, piñas y velas de diversos colores. O usar estos elementos por separado.

Si queremos destacar algún lugar, podemos recubrirlo con espumillón y acompañarlo, a su vez, con ristras de luces. Por otro lado, podemos emplear ramas de abeto o muérdago. También podemos utilizar las luces de colores para situarlas en las ventanas.

Cuando hayas seleccionado los elementos con los que disfrazarás a tu casa, bastará con que pongas unos villancicos y disfrutes con el proceso de decoración, a ser posible, en familia.

Traje de rey mago para niños

Melchor, Gaspar y Baltasar, los Reyes Magos de Oriente, son los personajes de mitológicos navideños más populares en nuestro país. La ventaja de que sean tres aviva el juego, ya que los niños tienen la opción de elegir cuál de ellos es que le traerá los regalos. Igualmente, la posibilidad de disfrazarse del que más les guste, es una ventaja.

Ligado a esto, cuando ya tenemos el disfraz de uno de los Reyes Magos, podemos reutilizarlo cuando queramos cambiándonos de rey con unos cuantos toques.

Este traje es sencillo de elaborar pero, sin embargo, es difícil obtener un resultado vistoso, especialmente si va a ser para un adulto. Si eres mayor, deberías plantearte la opción de alquilar un disfraz. Sin embargo, con los niños puede ser muy divertido jugar a confeccionar el suyo propio en casa, implicándole en el proceso de disfrazarse, más allá de hacer las veces de maniquí.

Con una sábana que tenga un color liso fabricaremos la túnica: hacemos un agujero en el centro para la cabeza y le atamos un pañuelo a la cintura a modo de fajín. También podemos hacerla atándosela a los hombros. Por otro lado, a partir de una sábana de otro color podemos hacerle una capa de la medida que más nos guste. Si los colores de sábanas que tenéis no os gustan, recordad que podéis teñirlas en casa: los tintes se adquieren en cualquier droguería y son muy fáciles de aplicar.

Ataremos la capa con unas cuerdecitas que coseremos a los extremos. Por otro lado, podemos poner un cuello sobre la capa que corresponda con un pedazo de fieltro blanco pintado con lunares negros.

Si no disponemos de una corona, lo que debemos hacer es medir el perímetro de la cabeza del niño. Al dato obtenido le sumaremos un par de centímetros y dibujaremos una corona en una cartulina amarilla con el resultado. Después habrá que recórtala y pegarla. Si quieres puedes dibujar esmeraldas y rubíes en los picos de la corona con rotuladores. Otra opción es forrarla con papel de aluminio; en este caso, las joyas deberían ser trozos de cartulina pegados.

Si se disfraza de Melchor, necesitará una barba blanca, así como si es de Gaspar, una castaña o pelirroja. En este caso, podemos comprar una barba de pega o fabricarla nosotros mismos a partir de fieltro. Tenemos un ejemplo de fabricación en el artículo Crea tu disfraz de Papá Noel: Complementos II. En caso de que el niño sea muy pequeño es mejor pintársela, porque se puede llegar a sentir muy incómodo con el postizo.

En lo que respecta Baltasar, habrá que pintarle de marrón oscuro el rostro y el cuello. Conviene que en las manos lleve unos guantes blancos. Para darle un toque especial, podemos colgarle collares de juguete, simulando oro o ponerle algún anillo en los dedos.

Disfraz de San José

En el artículo anterior explicábamos cómo confeccionar los disfraces de Virgen y Jesús en nuestras propias casas. Con la idea de completar el cuadro de la Natividad aquí os aportamos unas pequeñas ideas para que fabriquéis vuestro propio traje de San José.

En primer lugar, necesitaréis dos pedazos grandes de tela. Lo ideal es que tenga tonalidades marrones, siendo una de ellas más oscura que la otra. No obstante, también podéis optar por tonos rojizos y ocres para el trozo más pequeño, así como tonalidades más claras (amarillos o incluso blancos) para el mayor.

Si partimos de un presupuesto limitado, podemos reciclar sábanas viejas que tengamos en nuestros hogares. En ese caso, deberemos cuidar que no tengan estampados. Si los colores de las sábanas a partir de las cuales vamos a confeccionar nuestro traje no nos convencen, podemos comprar tintes para telas en cualquier mercería, a nuestro gusto. El proceso es bastante sencillo y rápido, apenas es necesario seguir las instrucciones que el propio producto contiene.

Para fabricar la túnica, debemos seguir el mismo procedimiento que expusimos en el artículo Representando la Natividad: disfraz de María.

Por otro lado, colocaremos la tela más oscura colgando del hombro, a modo de banda. Ésta debe ser relativamente gruesa, cubriendo horizontalmente la mitad de nuestro hombro. Si somos hábiles con la costura, podemos juntar ambos extremos con aguja e hilo, una vez la hemos recortado para que quede del tamaño deseado. De lo contrario, una vez adaptada, podemos ligarla con imperdibles o incluso basta con anudarla.

En caso de que queramos ajustar un poco la túnica a la altura de la cintura, sería conveniente emplear un sencillo cinturón de cuerda anudado.

También es importante conseguir un palo grande que haga las veces de cayado. Si damos un paseo por un parque grande o por el bosque, tendremos la posibilidad de encontrarnos con alguno. A éste podemos darle forma, si queremos, con una navaja, en la punta.

Además, sería interesante que consiguiésemos una peluca oscura y voluminosa si tenemos el pelo claro, corto o estamos clavos. También, y esto es más importante, necesitaremos una barba voluminosa de un color parecido. En los bazares suelen ser muy baratas, pero si queremos fabricarla nosotros mismos, podemos acudir como referencia al post Crea tu disfraz de Papá Noel: Complementos II. Además, allí mismo disponéis de la plantilla para elaborarla. En todo caso, si el disfraz es para un niño, también tienes la opción de pintarle directamente la barba: así se sentirá menos incómodo.

Para los pies, lo más apropiado son unas sandalias de cuerdas; no obstante, debido al frío que hace en las fechas en que nos solemos disfrazar de este personaje, también podemos emplear unas alpargatas de esparto o incluso unas botas.

Representando la Natividad: disfraz de María

Es corriente que en los colegios los niños representen funciones de Navidad. En estos casos, siempre hay unos cuantos que deben disfrazarse de la conocida como Sagrada Familia (María, José y el niño). Si queremos confeccionar uno de estos disfraces en nuestras casas, podremos encontrar una serie de pautas que nos servirán de ayuda en este post.

Respecto al disfraz de virgen María, debemos buscar en nuestras casas una sábana blanca vieja de la que no nos importe demasiado deshacernos. Una vez la hayamos seleccionado, la cortaremos en dos pedazos. Uno de ellos será anudado de forma que servirá de túnica: es decir, sobre uno de los hombros y dejando el opuesto al aire. No obstante, convendría coserlo, especialmente para que no exista posibilidad de que se le caiga. En todo caso, deberemos abrigar por debajo de la túnica a nuestra hija lo más posible, para que no pase frío. Si somos muy torpes con la aguja y el hilo, una opción para fijar la túnica es usar imperdibles.

En lo que respecta al otro extremo de la sábana que cortamos al principio de la elaboración, lo emplearemos para confeccionar una cofia. De este modo, lo colocaremos sobre la cabeza de nuestra hija, dejando su cara al aire libre, y lo aseguraremos con un nudo. De este modo, hará las funciones de velo. No obstante, si nuestra hija tiene el pelo largo, queda más bonito que dejemos algunos mechones por fuera de éste mismo. Además, queda bien que sea demasiado largo. Podemos hacer pruebas con nuestra hija hasta que nos sintamos satisfechos en función de nuestro criterio personal.

Por otro lado, la túnica deberá sujetarse a la cintura con una cuerda o pañuelo grande que tengamos en casa, a modo de fajín. Por otro lado, si queremos representar el momento previo a la natividad, deberemos confeccionar una barriga de embarazada, sujetando un cojín con una cuerda o lazo en torno al vientre de la niña. Si va a estar en interiores, podemos guardar unas sandalias para que se ponga en los pies.

Si queremos que el disfraz de virgen sea independiente de los demás miembros de la Sagrada Familia, podemos hacer que María lleve un muñeco que haga las veces de su hijo envuelto en una manta.

También podemos maquillar a la niña también con tonos muy claros, pintando breves coloretes rosados sobre las mejillas y aplicando brillo sobre los labios.

En el caso de que queramos confeccionar un disfraz de niño Jesús, basta con que sigamos el procedimiento descrito para confeccionar la túnica de María. No obstante, sería conveniente tener que cuenta que, a no ser que se trate de un niño muy pequeño el que se va a disfrazar, este disfraz resultará muy poco convincente.

Disfraz de ángel

Si en lo que respecta a las fiestas de navidad de nuestros hijos deseamos inclinarnos por un clásico disfraz navideño, con connotación cristiana, la opción de vestirlo de ángel puede ser muy divertida.

En primer lugar, hemos de conseguir unos leotardos blancos, disponibles en mercerías o cualquier tienda de moda infantil, especialmente por estas fechas (debido al frío). Por otro lado, hemos de conseguir una camisa blanca. Lo más importante a la hora de seleccionar la más adecuada es que le quede lo más larga posible. Si nuestro hijo es niña, también podemos hacernos con un vestido blanco o camisón.

En la parte inferior de la camisa –o vestido– hemos de coser o pegar una tira frondosa de espumillón. A ser posible, éste debería ser dorado o plateado.

Por lo que respecta a las alas, podemos inspirarnos en el post en el que explicamos cómo elaborar una alas de hada; no obstante, si las que vamos a confeccionar son para un ángel deberán ser más sencillas. Si son coloreadas, sus tonos deben ser pastel y sus formas más sobrias.

Una alternativa a estas alas es fabricarlas con cartulina o cartón. Después las coseríamos a la camisa o las sujetaríamos con imperdibles, aunque también podemos coser –o pegar– unas gomas elásticas para que las luzcan a modo de mochila. Si decidimos hacer nuestras alas con estos materiales, convendría decorarlas con bolitas de algodón y brillantina, para que resultasen más vistosas.

Por otro lado, deberíamos coger una tira más pequeña de espumillón plateado o dorado y confeccionar una coronita para el ángel. Esta puede ir directamente sujeta en la frente del niño. En caso de no disponer de este material, sería óptimo que la fabricásemos con papel de aluminio.

Si queremos que el halo del ángel esté elevado, tenemos una alternativa. Deberemos disponer de una diadema que se ajuste adecuadamente a la cabeza del niño u de alambre. Al trabajar con este material, hemos de tener mucho cuidado y no dejar puntas que puedan herirlo: una buena forma de solventar estos inconvenientes será forrar los extremos del alambre que queden a la vista con cinta de carrocero. Éste se atará, por uno de sus extremos a la diadema; después se moldeará en dirección ascendente. Por otro lado, se realizará un círculo con otro extremo de alambre y sujetado por cinta de carrocero. Después lo forraremos con papel de aluminio o espumillón. A continuación, ataremos nuestro halo al alambre que asciende desde la diadema y camuflaremos la conexión con más papel de aluminio o espumillón.

Como toque final, sería bonito disponer de un poco de purpurina con la que maquillar las mejillas de nuestro ángel llegado el momento de lucir su disfraz. También podemos pintarle motivos navideños –no demasiado llamativos– en las mejillas.