Belenes vivientes

Vista general del pueblo de Belén en la representación de Laguna de Duero.

A lo largo de la geografía española, encontramos muchos pueblos que, cuando se acerca la Navidad, dedican gran esfuerzo y tiempo en la representación de belenes vivientes. Este tipo de iniciativas parten normalmente de un grupo de vecinos que, con mucha ilusión, dedican meses a la preparación de los disfraces y escenografía para la representación de la escena de la natividad. Normalmente no son profesionales, pero el esfuerzo de los años forja en ellos habilidades en el disfraz e interpretación más que admirables.

Una buena actividad para las familias durante las vacaciones es ir a visitarlos. Suelen ser espectáculos gratuitos o muy económicos que nos pueden hacer pasar una tarde muy entretenida. Por otro lado, a los amantes del disfraz, contemplar cómo pueden llegar a estar de bien elaborados los disfraces, les puede aportar múltiples ideas e inspiración.

Si hacemos un recorrido por los belenes más famosos, cabe detenerse en el de Buitrago de Lozoya (Madrid). Aprovechando el recinto histórico-artístico del pueblo, representan treinta y nueve escenas, con más de doscientos actores actores, equipo de sonido propio, un servicio de orden del Belén y un cuerpo técnico de apoyo a la representación. Éste fue premiado como Fiesta de Interés Turístico y fue ganador del premio como mejor actor de “Premis Internacionals Mundo Teatre 2000” de teatro de aficionados. Los pases de este año serán los días 18, 19, 25 y 26 de diciembre a las seis y media de la tarde.

También en Madrid, en Pedrezuela de las Torres, tenemos un belén que destaca, además de por sí mismo, porque se cocinan platos típicos, como gachas, migas, caldo o rosquillas. Además, destaca el gran número de animales implicados en la representación. A cargo de la Asociación “Las Torres”, se escenifican tres actos con veintisiete escenas y más de noventa actores. Apuntad: el día 25.

Si estáis más próximos a Valladolid, quizá os interese el belén de Laguna de Duero. Lo más destacado de esta representacion es que buena parte de ella se realiza por la noche, por lo que destaca el juego de luces y sombras (hay velas, hogueras, antorchas) en la iluminación de las escenas. Las representaciones serán los días 25 de diciembre y 2, 5 y 6 de enero.

En Cataluña también podemos encontrar varios belenes vivientes de prestigio. En primer lugar, tenemos el de Bàscara, en Girona: probablemente sea uno de los más antiguos. Se trata de un pueblo medieval con un aire rústico de ensueño. Están implicados más de trescientos actores. Por un lado, hay una introducción en la iglesia del pueblo, mientras que el resto son escenas plásticas con actores inmóviles repartidas por todo el pueblo. Se celebrará los días 19, 25 y 26 de diciembre; así como 1 y 2 de enero, siempre, a las siete de la tarde.

El belén de Torre del Suro (Barcelona) se representa en el barrio Guinardó. La torre mencionada está rodeada de un bosque modernista, en torno al cual se organiza el mencionado belén. Está integrado completamente por personas con una discapacidad intelectual. Se celebrará el día 21 a las seis de la tarde.

Disfraza también a tu casa

Al ser una época especial, durante la Navidad tenemos licencia para hacer cosas a las que no estamos acostumbrados normalmente. Por eso es uno de los momentos del año en que podemos encontrar a más personas disfrazadas por las calles. Además, casi cualquier lugar al que vayamos tendrá algún motivo inspirado en la fiesta.

Quizá el valor más importante, según el espíritu navideño, sea la familia y con ella, el hogar. Si estamos de acuerdo con ello, y queremos hacer del encuentro con los más cercanos un momento especial, debemos poner especial empeño en la decoración de nuestras casas.

A la hora de escoger la decoración, es importante tener en cuenta los diferentes motivos entre los que podemos escoger o combinar para obtener nuestra casa vestida de Navidad. Ello dependerá, primero, del espacio del que dispongamos, segundo, del presupuesto y, tercero, del grado de saturación navideña en el que estemos interesados.

En primer lugar cabe mencionar al clásico abeto navideño. Éstos pueden ser de plástico o naturales: la ventaja de los primeros es que son reutilizables; la de los segundos es que pueden replantarse. Éstos suelen venir decorados con bolas de colores y otras figuras colgantes de diferentes formas. Por otro lado, algunas personas emplean espumillón. También se le suelen colocar luces de colores parpadeantes. En la cima será donde irá situado el adorno de mayor tamaño.

Por otro lado, otro elemento muy común son los belenes: éstos pueden ser tan simples como un portal de belén con apenas el misterio, o complejas recreaciones de Belén en la época del nacimiento de Cristo.

Si nuestro hogar es laico, podemos sustituir el clásico belén por un paisaje navideño que recree una ciudad invernal. Podemos confeccionarlo a partir de la adquisición de casitas en miniatura del tipo belga. Por debajo podemos poner algodón, para simular la nieve.

En la tradición anglosajona, donde las casas con chimenea son frecuentes, son corrientes unos grandes calcetines colgados, bordados con el nombre de un miembro de la familia.

Al margen de estos grandes elementos, cabe mencionar que los pequeños detalles son los que completan la decoración navideña del hogar: por ejemplo, podemos poner gorritos de Papá Noel por las esquinas, ángeles o figuras de gnomos; también podemos elaborar centros de mesa confeccionados con bolas, piñas y velas de diversos colores. O usar estos elementos por separado.

Si queremos destacar algún lugar, podemos recubrirlo con espumillón y acompañarlo, a su vez, con ristras de luces. Por otro lado, podemos emplear ramas de abeto o muérdago. También podemos utilizar las luces de colores para situarlas en las ventanas.

Cuando hayas seleccionado los elementos con los que disfrazarás a tu casa, bastará con que pongas unos villancicos y disfrutes con el proceso de decoración, a ser posible, en familia.

Disfraz de San José

En el artículo anterior explicábamos cómo confeccionar los disfraces de Virgen y Jesús en nuestras propias casas. Con la idea de completar el cuadro de la Natividad aquí os aportamos unas pequeñas ideas para que fabriquéis vuestro propio traje de San José.

En primer lugar, necesitaréis dos pedazos grandes de tela. Lo ideal es que tenga tonalidades marrones, siendo una de ellas más oscura que la otra. No obstante, también podéis optar por tonos rojizos y ocres para el trozo más pequeño, así como tonalidades más claras (amarillos o incluso blancos) para el mayor.

Si partimos de un presupuesto limitado, podemos reciclar sábanas viejas que tengamos en nuestros hogares. En ese caso, deberemos cuidar que no tengan estampados. Si los colores de las sábanas a partir de las cuales vamos a confeccionar nuestro traje no nos convencen, podemos comprar tintes para telas en cualquier mercería, a nuestro gusto. El proceso es bastante sencillo y rápido, apenas es necesario seguir las instrucciones que el propio producto contiene.

Para fabricar la túnica, debemos seguir el mismo procedimiento que expusimos en el artículo Representando la Natividad: disfraz de María.

Por otro lado, colocaremos la tela más oscura colgando del hombro, a modo de banda. Ésta debe ser relativamente gruesa, cubriendo horizontalmente la mitad de nuestro hombro. Si somos hábiles con la costura, podemos juntar ambos extremos con aguja e hilo, una vez la hemos recortado para que quede del tamaño deseado. De lo contrario, una vez adaptada, podemos ligarla con imperdibles o incluso basta con anudarla.

En caso de que queramos ajustar un poco la túnica a la altura de la cintura, sería conveniente emplear un sencillo cinturón de cuerda anudado.

También es importante conseguir un palo grande que haga las veces de cayado. Si damos un paseo por un parque grande o por el bosque, tendremos la posibilidad de encontrarnos con alguno. A éste podemos darle forma, si queremos, con una navaja, en la punta.

Además, sería interesante que consiguiésemos una peluca oscura y voluminosa si tenemos el pelo claro, corto o estamos clavos. También, y esto es más importante, necesitaremos una barba voluminosa de un color parecido. En los bazares suelen ser muy baratas, pero si queremos fabricarla nosotros mismos, podemos acudir como referencia al post Crea tu disfraz de Papá Noel: Complementos II. Además, allí mismo disponéis de la plantilla para elaborarla. En todo caso, si el disfraz es para un niño, también tienes la opción de pintarle directamente la barba: así se sentirá menos incómodo.

Para los pies, lo más apropiado son unas sandalias de cuerdas; no obstante, debido al frío que hace en las fechas en que nos solemos disfrazar de este personaje, también podemos emplear unas alpargatas de esparto o incluso unas botas.

Trajes de pastorcillos

Imagen tomada de www.disfraland.com

Según cuenta la Biblia, cuando nació el niño Jesús en Belén, un ángel se apareció a los pastores de la zona, que se estaban cuidado a sus ovejas al aire libre, afirmando que había nacido un niño que debían adorar. Así, estos se dirigieron al Portal de Belén con todo tipo de ofrendas, adelantándose a la visita de los Reyes Magos de Oriente. He ahí el origen de la tradición de los regalos.

Por esta razón, durante el periodo navideño, la figura del pastor se convierte en un símbolo que se repite con asiduidad: además de la inmensa cantidad de representaciones pictóricas de aquellos pastorcillos, éstos también aparecen como protagonistas en las letras de muchos villancicos.

En esta línea, el traje de pastoricillo es uno de los favoritos para los niños. Y uno de los más fáciles de confeccionar. En este post vamos a explicar las pautas básicas para que vistas a tu hijo de pastor.

En lo que respecta a la versión femenina del disfraz, habremos de conseguir los siguientes elementos: leotardos blancos, falda roja, camisa blanca, zapatos o botas oscuros y un pañuelo rojo para la cabeza. También podemos elaborar en casa un corpiño o corsé negro con fieltro: basta con recortar un rectángulo con este material; habremos de efectuar, a continuación, dos agujeros para los brazos. Para terminar, podemos coser unos cuantos botones rojos en la parte delantera del corpiño, donde se anudará el mismo. Para finalizar, podemos pintar en las mejillas unos coloretes rosados.

En cuanto al niño, hemos de conseguir unos pantalones de pana marrones, negros o rojos, botas o zapatos oscuros, camisa blanca o clara y un chaleco negro o marrón, a juego con los pantalones. Éste también podrá ser elaborado con fieltro. La principal diferencia con el corpiño de la pastorcilla es que deberá ser más holgado. Por otro lado, podemos coser en los bordes tiras de piel de cordero. También podemos hacerle un gorro con el mismo material.

Para ambas versiones del disfraz, puede confeccionarse un cinturón con una tira de piel de cordero: éste podrá coserse a la parte superior del pantalón o la falda, o en el caso de la pastorcilla, anudado en la parte posterior con un lazo. Por otro lado, sería interesante que nos hiciésemos con un palo largo que hiciese las veces de cayado; no obstante, si nuestro hijo aún es muy pequeño deberemos tener cuidado. Éste podrá ser decorado en su empuñadura con motivos navideños, como tiras rojas o ramitas acebo o muérdago que sujetaremos con una goma elástica o similar.

Podemos tener en cuenta que las ofrendas más corrientes entre los pastores de la historia bíblica y según la mitología navideña son las ovejas y corderos de sus rebaños. Esto podrá representarse si le damos al pastor un peluche que pueda llevar con él el día que se disfrace.