Cotillón (propuestas para Nochevieja)

Para dar la bienvenida al nuevo año, un elemento fundamental que se repite en cada celebración (ya sea una cena familiar o una macrofiesta) es el kit de cotillón. Aunque normalmente dedicamos poco tiempo a confeccionarlo, existe una gran variedad de elementos a nuestra disposición capaces de darle un toque de comicidad y bien humor al ambiente.

Entre los elementos más habituales y fáciles de encontrar, no falta los matasuegras (aquellos tubos de papel de colores que se enrollan en forma espiral y que al soplar desde un extremo se expanden emitiendo un pitido). Además, existen pequeñas trompetas que suelen venir decoradas con flecos de espumillón; por otro lado, existen los collares: los más típicos son los de flores (hawaianos) o espumillón, pero existen múltiples variantes.

Por otro lado, si nos adentramos en los accesorios para la cabeza, tenemos un universo por explorar. En primer lugar, podemos hacer referencia a las pelucas: desde las más clásicas (por ejemplo, una larga melena ruibia), hasta peinados al estilo afro y punkis. Éstas mezclan colores imposibles con todo tipo de formas.

También hay muchas clases de gorros: desde los conos puntiagudos, hasta coronas, pasando por gorritos con diversas temáticas navideñas, como sombreros con la cara de Rudolf, Papá Noel o cualquier otro personaje navideño; o, por ejemplo, con forma de gorro de arlequín, bruja o payaso. También hay carteles con mensajes del estilo “Happy New Year” que se atan con una goma a la cabeza.

Además, otra opción graciosa son las diademas: pueden ser más bonitas y tiernas (por ejemplo, de hada) o surrealistas, como aquellas de las que salen un montón de tubitos de colores u orejas de animales.

En otro orden de cosas, existen muchos tipos de gafas: gigantes, con forma de corazón, de culo de vaso, de ojos saltones (con muelles). Junto a éstas, puede haber elementos adicionales, como narices o bigotes de pega

No podemos obviar tampoco las máscaras, desde aquellas que hacen referencia a personajes de ficción (como la de V, de V de Vendeta) a máscaras más navideñas, o las que nos adelantan a los clásicos carnavales de Venecia. Una alternativa son los antifaces.

Otros elementos que dan vida al cotillón, pero que no se llevan puestos son las serpentinas de colores, los petardos e incluso los fuegos artificiales; otra opción son las piñatas (maravillosas si vais a estar con niños) o cualquier elemento de broma: cajas de susto o flores que mojan. Para finalizar, puedes agregar gominotas a la bolsa del cotillón.

Respecto al uso, debes tener en cuenta que lo ideal es repartirlo equitativamente entre los miembros de la fiesta; también, que aunque debes animar a la gente a participar, no les puedes obligar a llevar o usar algo que no quieren. El cotillón sólo tiene sentido si es para disfrutar todos.

La fiesta del año (propuestas para Nochevieja)

Si en Nochevieja vas a organizar una fiesta y no sabes cómo animarla, te proponemos que la plantees como fiesta de disfraces. Si, dentro de este tipo de fiestas, quieres hacer algo original y no sabes cómo, te recomendamos que sigas leyendo este artículo.

Durante todo el año se prestan ocasiones para disfrazarnos. No obstante, en Nochevieja y Año Nuevo estamos celebrando el cambio a una nueva etapa de nuestra vida. Por eso hacemos balance de todo lo vivido y creamos propósitos con respecto al futuro.

Una fiesta de disfraces “del año”, puede plantearse de muy diversas formas.

La primera de ellas, es que hagas la fiesta de los meses o de las estaciones. Así, por azar o por acuerdo, repartirías los meses u estaciones entre los invitados, para que se disfracen de éstos. Si no tenéis mucho tiempo, las estaciones son más sencillas de fabricar: un vestido floral puede ser suficiente para representar la primavera, por ejemplo.

No obstante, puede ser muy divertido el proceso de construcción de un disfraz de enero, por ejemplo. Tendrías que pensar cuáles son los matices de tu mes, investigar en paisajes, e intentar crear una representación adecuada. Además, durante la fiesta podrías hacer fotos de cada uno y confeccionar un calendario especial que regalarías a tus amigos en la fiesta de los reyes magos.

Otra opción es que hagas la fiesta “de los años”. Te explicamos cómo organizarla: seleccionarías un año históricamente importante para cada uno de tus invitados.

En este punto, puedes hacer un sorteo para repartirlos. No obstante, lo más divertido es que los elijas tú directamente. Por ejemplo, si tienes un amigo economista, le puedes encargar que se vista de 1929 (por el crack) o el 2002 (por la implantación del euro); para el típico revolucionario, podrías reservar el 1968 o el 1864 (año de la primera internacional); para personas despistadas, quizá sería adecuado el 1929 (año de la llegada del Apolo 11 a la Luna). A partir de ahí, todo lo que tienes que hacer es echar un poco de imaginación.

En tanto que anfitrión, deberías reservarte el año que entra, en este caso el 2011 disfrazándote con una interrogación gigante: ésta puede abarcar todo tu cuerpo, o puedes hacerte un gorro con ella.

También puedes instar a tus invitados a hacer breves presentaciones de sus años, y así hacer una fiesta cultural, al tiempo que divertida, que nunca olvidaréis.

Por supuesto, también puedes optar por una fiesta de las épocas. Ya sabes: Neolítico, Edad Media, Renacimiento, Futuro, etc.

Para finalizar, no olvides hacer diplomas para los mejores disfraces y entregarlos durante la segunda mitad de la celebración. Suerte y anímate, esta puede ser una Nochevieja diferente.

La fiesta del peinado (propuesta para Nochevieja)

Cada vez es más frecuente que los cotillones de Nochevieja se transformen en fiestas de disfraces. No obstante, a veces nuestros invitados tienen dificultades para construirse un disfraz completo. Éstas pueden ser de distinto orden: por falta de tiempo, por cuestiones de edad, por razones económicas, etc. En todo caso, hay un tipo de evento —la fiesta del peinado— que causa furor entre aquellos que la experimentan.

En general, el concepto del disfraz parcial suele aplicarse a la cabeza más que a cualquier otra parte del cuerpo. Por eso, muchas personas se disfrazan en diferentes ocasiones apenas con una máscara, peluca, gorro o boina. Este concepto nos invita a jugar sin sufrir las incomodidades propias de un disfraz completo.

La fiesta del peinado sigue una única regla: todos los asistentes tienen que modificar la estética de su cabello de la forma más original posible. Como podéis imaginar, la adopción de una idea tan general se presta a múltiples opciones y sorpresas: siempre hasta el punto que la imaginación de los asistentes alcance.

Por otro lado, a los asistentes se les puede incitar a disfrazarse in situ, en caso de que no hayan participado originalmente. Es decir, que aquel que no haya transformado su peinado puede arriesgarse a verse rociado con aerosoles de colores u obligado a llevar diademas de muñequitos. Con respecto esto, se les puede avisar, “coartándoles” para que participen en la fiesta activamente: todo depende de lo en serio que nos queramos tomar al evento.

Si optas por esta opción para tu fiesta de Nochevieja, te damos algunas pistas:

  1. Crea un eslogan: vivimos en la era de la publicidad, donde las ideas se compran y se venden. Esto hará que tus invitados se impliquen más en la fiesta y vayan con más ganas. Un ejemplo sería “Despéinate para sentir el Año Nuevo”.
  2. Debes establecer algunas reglas con anterioridad: principalmente, para que tus invitados sepan en qué consiste la fiesta puesto que muchas personas no han oído hablar nunca de este tipo de evento. Por otro lado, debes decidir si admites pelucas u otros complementos. También debes decidir qué harás si alguien aparece con su peinado habitual.
  3. Obligaciones de anfitrión. En la medida en que la idea ha sido tuya, debes dedicarle tiempo a tu disfraz. No queda nada bien que hagas que los invitados se esfuercen mientras que tú te pongas cualquier cosa.
  4. Organiza un photocall donde fotografiarás a todos los invitados. Puedes arrepentirte si no quedan recuerdos para la posteridad. Además, deberías pensar en los divertidos montajes fotográficos que puedes hacer.
  5. Crea premios que repartirás al final de la noche. Para esto debes saber si se decidirán en común o crearás un “comité evaluador”. Los premios pueden ser al humor, a la originalidad, a la falta de vergüenza,etc.

Carreras… ¿de disfraces?

Durante los últimos días del año, a lo largo de la geografía española, se organizan variantes de una carrera con renombre: la San Silvestre. Aunque la fecha original es el día 31, la primera carrera navideña importante, se organizó en Cercedilla el día 17 de este mes.


Aunque muchos corredores profesionales participan en ellas, es bastante corriente que el hecho de correr estas carreras venga acompañado del apoyo a alguna causa navideña (como el ejercicio o una vida saludable, o independientes de la carrera, como la integración racial u homenajes a figuras). Por ejemplo, la San Silvestre malagueña de este año ha seguido el lema “Por la prevención de la obesidad”. En definitiva, nos encontramos con una actividad que es mitad deportiva, mitad lúdica. En este sentido, cada año es más común que los corredores acudan disfrazados a la carrera para llegar, como una fiesta, a la meta.

Cuentan desde Málaga, que antes de que se iniciase la carrera, llamaron especialmente la atención un grupo de jóvenes que iban pintados de azul, como guiño a la película Avatar. No obstante, poco se descubrió al grupo de los disfrazados: según se inició la carrera, los corredores profesionales quedaron al frente, mientras que todos los disfrazados se movían por detrás. Había disfraces muy originales: Barbie en su caja, Ferrero Rocher, mariquitas, galletas, presos, etc. Incluso algunos haciendo alusión a la actualidad social (Marta Domínguez detenida por la guardia civil).

En Nules (Castellón) se desarrolló ayer una carrera que, aunque era más modesta, tampoco le faltaron corredores disfrazados. Para animar la fiesta, en esta tercera edición, aparte de los premios deportivos, hubo un premio para el mejor disfraz. Y, según han contado, es bastante divertido: el peso del ganador en clementinas. En todo caso, esta iniciativa no es única: en la medida en que la San Silvestre es una carrera popular en fechas navideñas, hay más organizadores que se acuerdan de premiar a los disfrazados que lo contrario. Después de todo, esto publicita las localidades y anima a la gente a participar.

Por ejemplo, en la San Silvestre de la Virgen del Camino (León) encontramos disfraces muy variados: desde árbol de navidad, reno, hasta los clásicos corredores con gorritos de Papá Noel.

En definitiva, a un mes de carnaval, en estas carreras se disfraza toda la familia: ya acuda a participar o sea como público. Entre los motivos, destacan los clásicos navideños. No obstante, es corriente encontrar cualquier cosa: desde trajes que ironizan con los temas de actualidad, dibujos animados, o personajes de película.

Aún quedan unos días hasta el 31, fecha en la que se dan la mayor parte de las carreras. Por lo tanto, aún estás a tiempo para correr y disfrazarte, ¿te atreves?

La guinda para la fiesta: ideas divertidas

Lo ideal a la hora de disfrazarnos es disponer de tiempo para confeccionar un traje perfecto sin agobios. Sin embargo, muchas veces tenemos poco tiempo y postergamos las cosas para hacerlas a última hora; en otras ocasiones sucede que la idea de disfrazarnos aparece en el último momento, cuando los preparativos se están ultimando. Por ejemplo, se nos puede ocurrir como toque final a todo el trabajo que hemos estado haciendo para que las Navidades de este año sean inolvidables.

En este punto, no nos queda más remedio que recurrir a la improvisación. A partir de aquí, tenemos dos opciones: la primera, optar por un disfraz clásico navideño, como Santa Claus, rey mago o duende; o, como segunda posibilidad, hacernos con un traje que sorprenda a nuestros comensales tanto como la idea de habernos disfrazado. Para esto, os proponemos una lista de ideas:

  1. Disfraz de regalo de navidad: este disfraz es muy sencillo de confeccionar. Basta con que te vistas de forma uniforme, con un color vistoso. También puedes optar por un traje a rayas o con lunares. Por otro lado, deberás confeccionar un lazo grande: si eres mujer, sería perfecto que te lo pusieses en el cabello; en caso de ser hombre, es más adecuado en la solapa.
  2. Disfraz de nevada navideña: basta con que te pongas un traje blanco. Puedes poner nieve artificial sobre tu cabello y zapatos. Puedes ponerte una boina blanca o pegar copos hechos con cartulina por tu cuerpo.
  3. Disfraz de roscón de reyes: necesitas un flotador, al que forrarás o pintarás de marrón y ornamentarás con cartulinas de colores simulando las frutas escarchadas. Sólo tendrás que ponértelo y vestirte con un traje oscuro. Como colofón, puedes usar un gorro de cotillón o una corona de rey.
  4. Disfraz de langostino: vístete de naranja o rojo. Sobre la base de un gorro de un color similar, debes coser unos botones negros que simulen los ojos, así como dos hilos largos de lana negra, a modo de bigotes. Como patas, puedes usar unos calcetines gruesos anaranjados. Si quieres, puedes llevar en la mano un frasco de mayonesa.
  5. Disfraz de burbuja de Freixenet: tendrás que conseguir unas mayas o leggins dorados, que podrás encontrar en cualquier bazar de barrio; por otro lado, tendrás que conseguir una camiseta y zapatos del mismo color o que puedas pintar con un aerosol. En general, cualquier ropa dorada que tengas en el armario puede servir. Deberás recoger tu cabello en un moño. Por otro lado, cualquier parte de tu cuerpo que quede al descubierto, especialmente tu cara, deberá ser decorada con purpurina. Por supuesto, conviene que acompañes tu disfraz con la botella con la que brindaréis al final de la noche.

¡Feliz Navidad y mucho humor!

Fiestas de Nochevieja temáticas

Aunque antiguamente la noche de fin de año era tan familiar como la de Navidad, con el paso de los años, esto ha cambiado. La celebración de Nochevieja se ha convertido en la excusa perfecta para participar en fiestas que duran toda la noche. Lo más común es que las personas cenen y se tomen las uvas en sus casas con su familia. No obstante, una vez han terminado los brindis de rigor, apenas quedan unas cuantas migajas sobre las bandejas de turrón y la abuelilla empieza a cabecear, empieza la segunda fiesta.

Con el nuevo año, los jóvenes –y no sólo éstos– aprovechan para reunirse en fiestas de mayor o menos envergadura. Tanto da una pequeña reunión entre amigos en un piso de soltero como una macrofiesta en la discoteca de moda: la cuestión es pasarlo bien y lucir nuestras mejores galas para iniciar el año con buen pie.

El hecho de tener que comprarnos un traje, ir a la peluquería y maquillarnos puede ser tan costoso como tedioso, precisamente en un día en el que vamos a tener que aguantar muchas horas despiertos. Es muy difícil que conservemos intacta nuestra estética y es muy posible que nuestras prendes se deterioren (una lástima). Por eso, podemos tomárnoslo con humor y, en lugar de organizar una pasarela de modelos para nuestra fiesta, optar por un plan más original: una fiesta de disfraces.

En el caso de que seamos nosotros los anfitriones y deseemos que nuestra fiesta pase a los anales de nuestra vida, tenemos que tener en cuenta varias cuestiones. Para facilitaros el trabajo, os hacemos un breve glosario puntos a considerar:

1. Date tiempo: sería importante que lo acordaseis por consenso y con cierta antelación para que la gente no se agobie llegado el momento de confeccionar su traje.

2. Elige un tema divertido: un época concreta (las décadas se llevan mucho: años veinte, sesenta, ochenta, etc.); personajes de película, cómic, videojuegos, cuentos populares…;personajes históricos, animales. Incluso podéis disfraros unos de otros por sorteo e interpretar comportamientos.

3. Decora la vivienda o local en consonancia con el tema elegido.

4. Elige música apropiada.

5. Organiza un concurso de disfraces: puedes tomártelo en serio o crear premios de broma. Para esto puedes hacer diplomas con cartulinas o medallas e incluso trofeos con fimo o plastelina. Incluso puedes confeccionar aperitivos temáticos: por ejemplo, haces una fiesta de las mil y una noches, podrías poner dátiles, humus, cuscus o dulces típicos. Todo depende de tu presupuesto, tiempo, ganas e imaginación.

Lo más importante es que crees un clima en el que pasarlo bien. Y el hecho de elegir una fiesta temática es la ocasión para que se den más oportunidades para reír y recordar el paso a un nuevo año en la mejor compañía.

Disfraz de Rudolf

Aún faltan unos pocos días para la llegada de la Navidad. Estos días, por lo general, todo son prisas y preparativos. No obstante, si tienes un poco de tiempo libre y todavía no te has hecho con un disfraz, he aquí una propuesta que quizá te interese.

Rudolf, el reno que acompaña a Santa Claus en la entrega de regalos es, al mismo tiempo su favorito. Lo mejor de hacernos con un traje suyo, aparte de lo entrañable que resulta, es que se trata de un disfraz apto para cualquier miembro de la familia, independientemente de su edad o sexo.

Para confeccionar un disfraz de reno, lo más importante es que consigamos un pantalón –al que podremos añadir un rabito en la parte trasera– y una camisa, camiseta o jersey marrones y, a ser posible, que nos queden holgados. Igualmente, debemos adquirir unos calcetines gruesos blancos y unas manoplas del mismo color. Dependiendo de como sea la prenda que cubre nuestro torso, podemos hacernos con un pedazo de fieltro de un tono un poco más claro para coserlo –o pegarlo– a la altura del vientre. Éste habrá de tener forma redondeada y cubrir hasta el pecho.

En la cabeza estará la clave de nuestro disfraz. Aquí tenemos varias opciones. La primera, y quizá la más sencilla, sea elaborar una careta con un pedazo de cartulina y una goma. La careta tendrá que tener forma ovalada y, al pintar la cara, hemos de dibujar una gran nariz roja (al margen de que hagamos algún agujero a esta altura para poder respirar. Los ojos deben ser también mucho más grandes que los nuestros. Por otro lado, de la máscara debería sobresalir unos cuernos grandes.

La segunda posibilidad parte del maquillaje. Deberíamos colorear nuestra cara de un tono marrón. Si pensamos que esto es incómodo, al menos deberíamos pintar nuestra nariz de color rojo. Sería aún mejor si nos hacemos con la típica nariz de payaso.

En lo que respecta a los cuernos, podemos hacerlos nosotros mismos. Tan sólo necesitamos una diadema un par de pedazos de alambre. Ataremos cada alambre en un lado de la diadema que después llevaremos puesta. Después, lo podemos forrar con cualquier material que se nos ocurra para darle grosor: por ejemplo, con papel de periódico o algodón. Para finalizar, forraremos los cuernos con fieltro o cartulina marrón. Si nos resulta muy complicado, podemos hacerlo directamente con cinta aislante de este color. También podemos hacer unas orejas que sujetar a la diadema por debajo de los cuernos.

Otra opción es comprar directamente un gorrito con la cara de Rudolf. Estos se suelen encontrar con facilidad en los mercadillos navideños. Será mucho más económico que hacernos con el disfraz completo.

En Navidad sólo los perros se disfrazan

El mercado de los disfraces navideños abarca todos los ámbitos. Y, cuando decimos todos, realmente nos referimos a cualquier cosa. El hecho de que los animales se vistan con ropa que se asemeja a la humana, especialmente, los perros, no es algo nuevo.

No obstante, lo que quizá no sabíais es que también existe un amplio mercado de accesorios y complementos para ellos. En esta línea, llegadas las fechas navideñas, se nos puede ocurrir la idea de disfrazar a nuestra mascota. Si nos metemos en google y tecleamos “disfraces para mascotas” nos encontramos con cientos de miles de resultados. No obstante, lo más sorprendente es que la inmensa mayoría de estos disfraces son para perros. Si cambiamos en nuestro buscador la palabra “mascota” por “perros”, encontramos más resultados todavía. En cambio, si añadimos cualquier otro animal de compañía que se nos ocurra –por ejemplo, “gato”, “cobaya”, “conejo”, “hamster”, “ratón”–, lo que nos encontramos son disfraces para humanos de estos animales. Y eso, aunque estemos especificando que queremos disfraces “para” ellos y de “Navidad”. Apenas con los felinos y hurones encontramos alguna minúscula excepción.

Aunque los disfraces más llamativos y bizarros para perros son, como no podría ser de otra manera, los de Halloween, la temática navideña no queda atrás. Podemos adquirir disfraces de Papá Noel, Mamá Noel, renos y duendes; de los reyes magos y sus pajes; de cualquier personaje bíblico (incluida la mula y el buey). Por otro lado, cualquiera de estos trajes suele estar disponible en varias tallas. Lo curioso es también, lo completos que suelen estar estos disfraces, no les falta ningún complemento. Los precios para disfraces para perros son ligeramente más baratos que los disfraces infantiles.

Si estamos en una familia en la que sea costumbre que todo el mundo se disfrace cuando llegan las fechas señaladas, puede ser una opción a considerar; también, si la idea nos ha hecho mucha gracia y tenemos curiosidad por probar. No obstante, en épocas de crisis, tenemos que pensar en nuestras mascotas y priorizar sus cuidados. Con esto queremos decir que, si el presupuesto es limitado, quizá el mejor regalo para nuestra mascota no sea tanto un disfraz como una visita a un peluquería canina o la adquisición de un juguete para que se divierta, cuide su higiene o aprenda.

Por otro lado, si tenemos un perro y mano para la costura, en muchas páginas web podemos descargar patrones para confeccionar su disfraz en casa. La mayoría de las páginas que encontramos cuando buscamos suelen ser tiendas, pero podemos ir un poco más allá y salir de la espiral consumista si ponemos en nuestro buscador de referencia la palabra “patrones”.

No obstante, lo divertido sería idear un disfraz para cualquier otra mascota que no sea nuestro perro.

Belenes vivientes

Vista general del pueblo de Belén en la representación de Laguna de Duero.

A lo largo de la geografía española, encontramos muchos pueblos que, cuando se acerca la Navidad, dedican gran esfuerzo y tiempo en la representación de belenes vivientes. Este tipo de iniciativas parten normalmente de un grupo de vecinos que, con mucha ilusión, dedican meses a la preparación de los disfraces y escenografía para la representación de la escena de la natividad. Normalmente no son profesionales, pero el esfuerzo de los años forja en ellos habilidades en el disfraz e interpretación más que admirables.

Una buena actividad para las familias durante las vacaciones es ir a visitarlos. Suelen ser espectáculos gratuitos o muy económicos que nos pueden hacer pasar una tarde muy entretenida. Por otro lado, a los amantes del disfraz, contemplar cómo pueden llegar a estar de bien elaborados los disfraces, les puede aportar múltiples ideas e inspiración.

Si hacemos un recorrido por los belenes más famosos, cabe detenerse en el de Buitrago de Lozoya (Madrid). Aprovechando el recinto histórico-artístico del pueblo, representan treinta y nueve escenas, con más de doscientos actores actores, equipo de sonido propio, un servicio de orden del Belén y un cuerpo técnico de apoyo a la representación. Éste fue premiado como Fiesta de Interés Turístico y fue ganador del premio como mejor actor de “Premis Internacionals Mundo Teatre 2000” de teatro de aficionados. Los pases de este año serán los días 18, 19, 25 y 26 de diciembre a las seis y media de la tarde.

También en Madrid, en Pedrezuela de las Torres, tenemos un belén que destaca, además de por sí mismo, porque se cocinan platos típicos, como gachas, migas, caldo o rosquillas. Además, destaca el gran número de animales implicados en la representación. A cargo de la Asociación “Las Torres”, se escenifican tres actos con veintisiete escenas y más de noventa actores. Apuntad: el día 25.

Si estáis más próximos a Valladolid, quizá os interese el belén de Laguna de Duero. Lo más destacado de esta representacion es que buena parte de ella se realiza por la noche, por lo que destaca el juego de luces y sombras (hay velas, hogueras, antorchas) en la iluminación de las escenas. Las representaciones serán los días 25 de diciembre y 2, 5 y 6 de enero.

En Cataluña también podemos encontrar varios belenes vivientes de prestigio. En primer lugar, tenemos el de Bàscara, en Girona: probablemente sea uno de los más antiguos. Se trata de un pueblo medieval con un aire rústico de ensueño. Están implicados más de trescientos actores. Por un lado, hay una introducción en la iglesia del pueblo, mientras que el resto son escenas plásticas con actores inmóviles repartidas por todo el pueblo. Se celebrará los días 19, 25 y 26 de diciembre; así como 1 y 2 de enero, siempre, a las siete de la tarde.

El belén de Torre del Suro (Barcelona) se representa en el barrio Guinardó. La torre mencionada está rodeada de un bosque modernista, en torno al cual se organiza el mencionado belén. Está integrado completamente por personas con una discapacidad intelectual. Se celebrará el día 21 a las seis de la tarde.

Disfraza también a tu casa

Al ser una época especial, durante la Navidad tenemos licencia para hacer cosas a las que no estamos acostumbrados normalmente. Por eso es uno de los momentos del año en que podemos encontrar a más personas disfrazadas por las calles. Además, casi cualquier lugar al que vayamos tendrá algún motivo inspirado en la fiesta.

Quizá el valor más importante, según el espíritu navideño, sea la familia y con ella, el hogar. Si estamos de acuerdo con ello, y queremos hacer del encuentro con los más cercanos un momento especial, debemos poner especial empeño en la decoración de nuestras casas.

A la hora de escoger la decoración, es importante tener en cuenta los diferentes motivos entre los que podemos escoger o combinar para obtener nuestra casa vestida de Navidad. Ello dependerá, primero, del espacio del que dispongamos, segundo, del presupuesto y, tercero, del grado de saturación navideña en el que estemos interesados.

En primer lugar cabe mencionar al clásico abeto navideño. Éstos pueden ser de plástico o naturales: la ventaja de los primeros es que son reutilizables; la de los segundos es que pueden replantarse. Éstos suelen venir decorados con bolas de colores y otras figuras colgantes de diferentes formas. Por otro lado, algunas personas emplean espumillón. También se le suelen colocar luces de colores parpadeantes. En la cima será donde irá situado el adorno de mayor tamaño.

Por otro lado, otro elemento muy común son los belenes: éstos pueden ser tan simples como un portal de belén con apenas el misterio, o complejas recreaciones de Belén en la época del nacimiento de Cristo.

Si nuestro hogar es laico, podemos sustituir el clásico belén por un paisaje navideño que recree una ciudad invernal. Podemos confeccionarlo a partir de la adquisición de casitas en miniatura del tipo belga. Por debajo podemos poner algodón, para simular la nieve.

En la tradición anglosajona, donde las casas con chimenea son frecuentes, son corrientes unos grandes calcetines colgados, bordados con el nombre de un miembro de la familia.

Al margen de estos grandes elementos, cabe mencionar que los pequeños detalles son los que completan la decoración navideña del hogar: por ejemplo, podemos poner gorritos de Papá Noel por las esquinas, ángeles o figuras de gnomos; también podemos elaborar centros de mesa confeccionados con bolas, piñas y velas de diversos colores. O usar estos elementos por separado.

Si queremos destacar algún lugar, podemos recubrirlo con espumillón y acompañarlo, a su vez, con ristras de luces. Por otro lado, podemos emplear ramas de abeto o muérdago. También podemos utilizar las luces de colores para situarlas en las ventanas.

Cuando hayas seleccionado los elementos con los que disfrazarás a tu casa, bastará con que pongas unos villancicos y disfrutes con el proceso de decoración, a ser posible, en familia.