Disfraz de árbol de Navidad

En todos los colegios y guarderías se organizan fiestas de Navidad para los niños como colofón a la entrega de notas y de las ansiadas vacaciones. Si estas fechas ya suponen un trabajo añadido para todos los hogares (decoración, gastronomía, compra de regalos), con su consiguiente desembolso, los profesores de nuestros hijos nos encargan unos deberes extraordinarios: conseguir un disfraz para que luzcan en estas fiestas.

Versión japonesa del disfraz de árbol de Navidad para adultos

No obstante, podemos tomarnos esta trabajo extra como una oportunidad para desarrollar nuestra creatividad. Sería muy recomendable que fuésemos nosotros mismos los que confeccionásemos el disfraz de nuestro hijo. Por otro lado, si le implicamos en el esfuerzo que realizamos, y la invitamos a colaborar, puede divertirse enormemente y disfrutar, con nosotros, de un momento único.

Pues bien, una idea bastante curiosa para un disfraz infantil, es la vestir a nuestro hijo de árbol de navidad. En primer lugar, deberemos conseguir unos leotardos verdes. Por otro lado, para la parte superior, deberemos conseguir una prenda –preferiblemente abrigada, dado el frío que hace en estas fechas– del mismo color. Intentaremos que ambos tonos verdosos sean coincidentes. Si se trata de una niña, es recomendable que nos hagamos con un vestido de manga larga no demasiado largo y cuya falda se ensanche en la parte baja. Por otro lado, sería recomendable que llevasen unos zapatos o botas marrones o negras.

Si tenemos unas mínimas nociones de costura, sería adecuado recortar dos triángulos de fieltro verdes y grandes, del tamaño del cuerpo de nuestro hijo, que coseríamos a la base descrita. Por supuesto, para esto deberíamos dejar hueco para que pueda sacar los brazos.

A continuación, hemos de hacernos con tiras de espumillón de diversos colores. Éstas habrían de coserse igualmente. Una mayor variedad de tonos, garantiza un disfraz más vistoso.

En cartulinas de colores, debemos dibujar círculos para después recortalos: éstos harán las función de bolas navideñas que cuelgan del árbol. No obstante, irán pegadas al fieltro, de forma que no se caigan y repartidas a nuestro gusto. Hemos de tener en cuenta que si le ponemos bolas auténticas al disfraz, lo más posible es que se rompan, lo cual es peligroso para nuestros hijos.

En último término, debemos extraer una estrella grande a partir de una cartulina amarilla o, mejor aún, de un cartón que después pintemos con acrílicos. En uno de los vértices de la estrella efectuaremos un agujero, que servirá como sujección. Pasaremos un hilo o cuerda por éste y lo anudaremos a una diadema del color del cabello de nuestro hijo, para que pase inadvertida.

Para finalizar, a la hora de disfrazar a nuestro hijo conviene que le pintemos en las mejillas unos coloretes rojos y una estrella dorada alrededor de uno de sus ojos.

Si deseamos completar el disfraz con un toque divertido, en la parte inferior del fieltro podemos coser regalitos que cuelguen.


Disfraz de Muñeco de Nieve

Aprovechando que esta mañana se ha desatado la primera nevada navideña en Madrid, vamos a inspirarnos en los fenómenos meteorológicos para seleccionar el disfraz sobre el que hablaremos en el post del día.

La opción de vestirse de muñeco de nieve es, sin duda, original a la par que divertida. Además, puede ser elegida tanto por adultos como por niños, independientemente de su género; y, lo que es mejor, es muy sencillo a la hora de si deseamos ser nosotros mismos los que lo fabriquemos.

Como elemento básico, deberemos hacernos con unos leotardos de color blanco y una camiseta blanca de manga larga. La típica camiseta interior de algodón es una buena referencia. En lo que respecta a los leotardos, si somos adultos, puede que sintamos un poco de vergüenza si no nos ponemos nada más. Cuando nos disfrazamos debemos intentar sentirnos cómodos. De este modo, podemos suplir esta carencia, en el caso de las mujeres, con una falda blanca corta y, para los hombres, con unas bermudas del mismo color.

Una vez que disponemos de estos elementos, debemos coser a nuestra camiseta tres botones negros grandes. También nos pondremos unos zapatos de color negro.

En otro orden de cosas, sería interesante completar nuestro disfraz con un bombín de negro y una larga y colorida bufanda. También podemos cubrir nuestra cabeza con el típico gorro invernal. Si usamos un bombín y no nos importa estropearlo, podemos decorarlo con pintura acrílica. Dibujaremos puntitos que hagan las veces de los copos de nieve que continúan cayendo sobre el muñeco.

Una opción alternativa es recortar cuatro círculos de fieltro blanco en parejas, una de las cuales, sea más grande que la otra. En este caso, coseremos las parejas por los laterales, dejando aperturas para que podemos introducirnos dentro. El círculo de mayor tamaño se colocará bajo la cintura del muñeco de nieve, haciendo las veces de bola inferior, así como la más sobre el tronco de la persona que se va a disfrazar.

Para finalizar, deberemos prestar atención a nuestro maquillaje. No olvides ponerte crema hidratante sobre el rostro antes de aplicar la pintura. En primer lugar, cubriremos todo nuestro rostro y la parte visible de cuello con pintura blanca, de forma uniforme. A continuación, colorearemos nuestra nariz con pintura naranja, simulando una nariz de zanahoria. Por otro lado, si coloreamos nuestros párpados de color negro con maquillaje: sombra o oscura o lápiz para raya de ojos, simularemos botones.

Para finalizar, puedes atar unas ramas de árbol a tus brazos con gomas elásticas. Como la camiseta que llevas es de manga larga, no se verán las sujeciones. Si quieres, para disimular tus manos, puedes ponerte unos guantes blancos.

Un último consejo: sal a la calle y hazte una foto en una explanada nevada para inmortalizar la navideña estampa de tu disfraz.

Maquillaje de hada

Una buena excusa para disfrazarse de hada, es la cena de nochevieja. Si vas a acudir a una fiesta, podría ser divertido aparece con las alas que describimos en el post anterior. Junto con ellas, un buen maquillaje puede lucir tu disfraz enormemente. Por esta razón te ofrecemos una propuesta para que completes tu atuendo mágico.

En primer lugar, debes aplicar una base de maquillaje en el ojo y en el extremo externo de éste, sobre la mejilla. En su lugar, puedes aplicar directamente pintalabios mate rojo o rosa y difuminarlo. Sobre esto hemos de añadir sombra de ojos de un tono similar. Para ello, hemos emplear un lápiz plano eliminando, de forma previa a la aplicación, el exceso de sombra.

A continuación toma una sombra verde para combinarla con la base creada. Comienza desde la línea externa del ojo, moviéndote después hacia dentro para darle forma al pliegue. Pinta sobre el rosa en el rabillo del ojo y después aplica el verde sobre el párpado, configurando una línea difuminada más suave.

Prosiguiendo con las sombras, necesitarás un color claro o champagne. Esta sombra la aplicarás sobre la línea verde superior y se extenderá en dirección ascendente hasta parte inferior de la ceja. Aprovecha para peinar y darle forma a tus cejas. Después, pinta la raya superior de tu ojo, a ser posible con un pincel. Para rematar el extremo de base, sigue la línea inferior de tu ojo hacia arriba. Con un pequeño triángulo, podrás conectar las líneas de la base y la sombra de tu ojo. Ponte máscara de pestañas o hazte con unas postizas.

Para completar el maquillaje de tus ojos, agrega lápiz blanco en la línea del lagrimal, a modo de raya inferior y un punto de luz en la esquina interna del ojo con este mismo accesorio. Con un poco de brillo labial de colores y mucho cuidado, puedes repasar esta línea. No obstante, hazlo por la parte exterior.

Después, cubre tus ojeras e imperfecciones del resto de tu cutis con una base líquida y polvo a continuación. Más adelante, píntate unos ligeros coloretes con una brocha: aplica polvo de color rojo o rosa sobre los pómulos y difumina el color con una esponja. Si lo deseas, puedes ampliar la zona de aplicación por el contorno de tu cara, en dirección ascendente, hasta el extremo de tu frente. Sobre el colorete, aplica purpurina o polvos brillantes. Puedes completar tu maquillaje con lentejuelas empleando pegamento.

Plantéate un maquillaje asimétrico: queda mucho más bonito que uno de los lados de tu cara esté más recargado que el otro; incluso, que uno de ellos conserve apenas la base y correspondiente sombra sobre el párpado, pero nada en la mejilla.

Para finalizar, pinta tus labios y rematalos con brillo.

Y, por supuesto, ofrece a tu maquillaje un toque personal. Por ejemplo, una flor sobre tu pelo, o puede que algún toque navideño, como una ramita de muérdago.

Disfrázate de hada por Navidad

Aunque el disfraz de hada no responda a la clásica mitología navideña, en estas fechas es muy común disfrazarse de este personaje. Por un lado, bastará con que consigáis un vestido fino de tirantes y unos zapatos o sandalias bonitos. Pero la clave de este disfraz, y aquello en lo que nos vamos a centrar, son las alas.

En primer lugar, tenemos que hacernos con un alambre grueso (blanco a ser posible) que pueda moldearse con nuestras propias manos.

Con éste configuraremos el esqueleto, es decir, el contorno, del ala. Es importante que por ambos extremos nos sobren algunos centímetros, que deberán coincidir con la parte inferior del ala. Cuando hayamos obtenido la forma deseada, los enrollaremos y aseguraremos con cinta de carrocero u otro material similar. Ya fijados, si el alambre sobrante es demasiado largo, lo cortaremos con unos alicates. En este punto tenemos dos opciones: crear apenas dos alas simétricas o construir alas dobles, para lo que necesitaríamos cuatro esqueletos de alambre.

El siguiente paso es bastante sencillo: para ello necesitaremos unas medias blancas o calcetines ejecutivos del mismo color. Introduciremos cada esqueleto en una media, de forma que la tela quede tirante y aporte consistencia al conjunto del ala.

A continuación, haremos agujeritos de diversos tamaños en los bordes de las alas. Una buena técnica es quemando las medias con un objeto caliente (nunca directamente con fuego): podéis encender una cerilla y aprovechar el calor que aún desprende cuando está recién apagada; o con barritas de incienso.

Una vez habéis terminado con esto, ha llegado el momento de dibujar. Con un rotulador podéis marcar unas referencias o hacer formas como estrellas o círculos. Cuando estéis satisfechos, debéis colorear el ala con pintura acrílica y pinceles de diferentes tamaños. Si vuestra idea es disfrazaros de hada navideña, quedaría muy bien que emplear tonos dorados y plateados con colores verdes o rojos. No obstante, conviene que tener en cuenta el tono del vestido que os vais a poner junto con las alas. Recordad que no es necesario que coloreéis el ala completamente: unos austeros ornamentos pueden ser mucho más bonitos que un ala completamente recargada.

Cuando la pintura se ha secado, puedes rematar tu creación con purpurina, lentejuelas o tachuelas que pegaremos con cola de contacto.

Para terminar, uniremos las alas entre sí con cinta de carrocero, fijándolas bien. Después, la disimularemos cubriéndola con una cinta de color grisáceo anudando una ristra de lazos de colores largos y finos en este punto. También podemos pegar flores u ornamento varios, como mariposas hechas con cartulina de colores.

¡Y ya ha llegado el momento de disfrazarte!: cóselas a tu vestido y luce tus alas a la altura que más te guste.

Navidades sexys, ¿por qué no?

Aquí tenemos un ejemplo de versión sexy de la Señora Claus

Llegadas las fechas Navideñas, en la calidez de nuestros hogares, damos rienda suelta a nuestra creatividad. Decoramos nuestras casas, cantamos villancicos, nos esmeramos en la elaboración de platos suculentos y exprimimos nuestros recursos para sorprender a nuestros seres queridos con sus regalos. Igualmente, el buen ambiente generado y el tiempo libre, nos permiten mimarnos a nosotros mismos un poquito más que de costumbre. No sólo nos permitimos pequeños o grandes caprichos que no solemos darnos durante el resto del año, sino que nos cuidamos un poquito más. Buscamos prendas bonitas para lucir en las fechas señaladas, cuidamos nuestro cabello y nos maquillamos con esmero. Todo este mecanismo no tiene por qué vivirse como una espiral de derroche consumista. Podemos aprender que lo que estas fechas encierran es un juego.

Hablando de juegos, el primero por excelencia, es el del disfraz. Cuando éramos niños, jugábamos a interpretar roles que no nos pertenecían: indios, papás, profesores, brujas, princesas, robots, piratas o cualquier cosa que se nos ocurriese.

Una gran señal de que la Navidad es un gran juego en el que todos participamos es nuestra tendencia a disfrazarnos. No sólo los niños, los adultos, también participamos, aunque en menor medida, en esto. La Navidad construye en nuestros hogares un paraje atípico. Y lo bueno que tiene es que nos da la posibilidad de volver a jugar. Por unos días, a los mayores se nos permite retomar la alegría y emoción que se borró con el paso de los años y el acoso de las responsabilidades de la vida adulta. Y, ¿por qué no aplicar estas novedades al dormitorio?

Por todos es conocido la imagen de la típica Señora Claus sexy. Para elaborar este disfraz basta con hacernos con un gorro de Papá Noel y cualquier prenda roja: un camisón, un conjunto de lencería o una minifalda y una camiseta sugerente. Después, podemos completarlos con unas botas negras o rojas, a gusto del consumidor o incluso con unos zapatos de tacón alto.

Sin embargo, no es muy corriente encontrar la versión sexy de Papá Noel. No obstante, muchos padres se disfrazan del emblemático bonachón para jugar con sus hijos. Y yo me pregunto, ¿por qué no hacer un uso 2×1 con nuestro disfraz? Nuestra pareja también tiene derecho a llevarse su parte.

Si tenemos un disfraz de Papá Noel, basta con que nos quitemos el traje, nos dejemos el gorro y nos pongamos ropa interior roja. Por otro lado, podemos emplear el saco de los regalos de Papá Noel para introducir productos íntimos con los que agasajar a nuestro compañero: jabones, cremas para masajes, velas, juguetes sexuales, etc. Todo es investigar, quizá nos guste, quizá no. En todo caso, es una oportunidad perfecta para reírnos disfrazados.

Disfraz de Mamá Noel

Aunque la figura de Papá Noel está inspirada en San Nicolás de Bari, obispo del s. IV y, consecuentemente, célibe, la evolución del icono de nuestro mítico personaje ha dejado espacio para la aparición de la Señora Claus. Al parecer, esta vive en el Polo Norte junto a su marido, al que ayuda a preparar los regalos y a valorar el comportamiento de los niños durante el año.

La señora Claus —cuyo nombre de soltera es Mary Christmas, por el juego evidente de palabras en inglés—, tradicionalmente ha sido representada como una ancianita rechoncha con vestido rojo y delantal blanco. Muy tapadita ella, al estilo de una abuela tradicional. Por otro lado, cabe destacar, a modo de curiosidad, que se usa a esta mujer como excusa de que Papá Noel no tenga hijos, pues se la considera estéril. Esto daría razones a que Papá Noel sienta una especial debilidad por los infantes.

Pese a que el disfraz de Papá Noel es mucho más corriente que el de su señora, es habitual que muchas parejas del todo el mundo, quieran representar la emblemática estampa casera de la fábrica de juguetes del Polo Norte. Si tu objetivo consiste en convertirte una Señora Claus (o Noel) completa, y deseas confeccionar tu propio disfraz, aquí te presentamos los elementos que habrás de tener en cuenta.

En primer lugar, habrás de confeccionar un gorro al estilo de Papá Noel, el cual te explicamos en el post Crea tu gorro de Papá Noel. No obstante, puedes conseguir un gorro de ducha y forrarlo con fieltro rojo (así como adornarlo a tu gusto cosiendo puntillas blancas: si no sabes hacerlas, puedes comprarlas en mercerías).

Por otro lado, debes conseguir un vestido rojo, corto o largo, a ser posible de tela gruesa, pues en el Polo Norte hace mucho frío. Si el vestido no tiene mangas, o las tiene cortas, deberás conseguir una camisa blanca holagada. Además, si la falda no es muy larga, lo cual es preferible, convendría que te hicieses con unos leotardos blancos.

A continuación, y siguiendo el procedimiento explicado en el post Crea tu disfraz de Papá Noel: los detalles marcan la diferencia, deberás rematar la mangas, el bajo de la falda y, a ser posible el cuello.

Si tienes un delantal blanco, podrás usarlo. En todo caso, con fieltro y algodón o piel de cordero, podrás construir un delantal similar. Recuerda que habrás de recortar un rectángulo que haga las funciones de delantal y una larga tira que coserás a uno de los extremos de éste. Ésta deberá ser un poco larga, pues servirá para anudarlo a tu espalda.

Por otro lado, necesitas conseguir unos zapatos negros o unas botas. Si dispones de unas botas, acuérdate de rematarlas con tiras de piel de cordero.

Por último, intenta conseguir unas gafas que puedes llevar puestas o colgando con una cadeneta que fabriques con lana.

Crea tu gorro de Papá Noel

Si existe algún complemento que diferencie un buen disfraz de Papá Noel de otro mediocre, es el gorro. Por eso, si queremos elaborar nuestro propio disfraz, este será el elemento en el que debamos poner mayor cuidado. El material que se recomienda más a menudo es el fieltro rojo, aunque para este fin pueden valer diferentes telas. En todo caso, si queremos utilizar alguna tela distinta, deberíamos consultarlo con el dependiente de la mercería o con algún conocido que tenga nociones de costura.

Por otro lado, necesitaremos una tira de piel de cordero sintética o de cartulina y algodón (hemos descrito la elaboración de esta en posts anteriores). También necesitaremos goma suficiente como para envolver la cabeza e hilo rojo.

El primer paso consiste en doblar el fieltro con forma de cono: elevamos la esquina superior izquierda a la inferior derecha. A continuación sujetamos esta doblez con un alfiler, lo doblamos, y tenemos la forma de un cilindro con el fieltro.

En este punto, lo que tenemos que hacer es cortarlo, empezando por la esquina inferior donde se juntan las dobleces del fieltro.

En función del tamaño de tu cabeza, calcula la medida del tamaño inferior del gorro. Antes de coserlo, midélo para calcular el tamaño de la tira de piel o algodón. Después cósela al fieltro asegurándote de que los bordes estén bien alineados. Termina de coser el fieltro y recorta los pedazos que te sobren. Es muy importante que recuerdes coser los extremos del fieltro y la tira blanca desde la cara oculta del gorro. Así, cuando le des la vuelta, la cara visible carecerá de costuras.

Si vas a completar tu disfraz con una peluca blanca, puedes coser el gorro directamente a ésta para asegurarte de que no se te caerá. Si no habías pensado en este detalle, puedes recortar un pedazo de fieltro blanco con la forma de tu cabeza, para que tape tu pelo y coserlo al gorro. Deberías recortarlo teniendo en cuenta que tus orejas deben quedar libres y dejando unas amplias patillas; tampoco hagas que Papá Noel tenga el pelo demasiado largo. Una vez lo las cosido, puedes pegar tiras de algodón, similares a las que empleaste en la fabricación de tu barba (te explicamos cómo en el post anterior).

Por último, ¡no te olvides del pompón! Si sabes hacer ganchillo, conoces cómo fabricarlos. Si no es así, te explicamos un truco muy sencillo: tienes que fijar dos palos de forma que queden paralelos a una distancia de 5 centímetros. Después, coges un un ovillo de lana blanca y lo enrollas en torno a los palitos para fabricar el pompón, apenas tienes que dar vueltas: cuántas más dés, más grueso será éste. Tienes que guardar un poco de hilo para atar el ovillo fabricado por la mitad y anudarlo bien. A continuación, sacas el hilo de los palos. Quedará una forma parecida a un lazo. El último paso es cortar ambos extremos, y darle forma al pompón a tu gusto. Para finalizar, cose el pompón al extremo de tu gorro.

Crea tu disfraz de Papá Noel: Complementos II

Si queremos construir nuestra propia barba de Papá Noel lo primero que tendremos que hacer es dibujar un molde. Para ello, debemos de tener en cuenta el tamaño de la cabeza del que se va a disfrazar. Deberíamos medir, para esto, la distancia que hay entre el inicio de cada una de nuestras orejas. En estos extremos, tendríamos que dibujar unos puntos, a un centímetro de distancia de los extremos, por donde introduciremos posteriormente la goma elástica.

Por otro lado, deberíamos darle al bigote una forma voluminosa y dejar una apertura para la boca. En todo caso, en Internet pueden descargarse e imprimirse distintos moldes en el caso de que no seamos demasiado hábiles.

Una vez que tenemos el molde, debemos colocarlo sobre el fieltro y recortarlo con la forma deseada después de dibujar la silueta con un lápiz. Una vez que lo tenemos, tocaría pegar con cuidado tiras de algodón sobre este excepto sobre la boca. Finalmente, cogeremos la goma elástica y la introduciremos por los agujeros, de afuera hacia adentro, anudándolas de forma que la barba pueda sujetarse a la cabeza. Si queremos que quede mejor, podemos coser la goma con hilo blanco.

En cuanto al saco de Papá Noel, si no tenemos algo mejor por casa, bastará con una bolsa de basura. Si no queremos rellenarla con regalos reales, lo que podemos hacer es guardar unos días antes los envases y cartones que usamos y tiramos en la vida cotidiana: bricks de leche, latas de refrescos, cajas de cartón, rollos terminados de papel higiénico, etc. Entonces podemos comprar papel de colores y envolverlos a nuestro gusto. La ventaja de esto es que seremos un Papá Noel que disponga de regalos de diferentes tamaños y colores para entretener a su público. Y lo que es mejor: ¡no sufriremos dolores de espalda al día siguiente por culpa de una pesada carga!

Otro complemento interesante de Papá Noel son las gafas. Aunque no siempre se le representa con éstas, queda muy bien que nuestro personaje se las ponga a la hora de leer y repasar las cartas de los niños. Para ello, debemos busar unas gafas de alambre en cualquier bazar. Podemos hacer una cadeneta con lana para atarla a los extremos y poder llevarlas colgando. No conviene hacer gafas con alambre en casa: puede ser peligroso, especialmente si vamos a interactuar con niños. Las gafas de cartón o cartulina tampoco son muy recomendables porque cuando Papá Noel se pone gafas, son muy discretas.

En general, cuando construyamos nuestro disfraz, seamos más o menos hábiles, debemos ser imaginativos. Un ejemplo de originalidad consiste en hacernos con la agenda en la que Papá Noel tiene el registro con los nombres de los niños y cómo se han portado.

Crea tu disfraz de Papá Noel: Complementos I


Cuando construirmos un disfraz de Papá Noel, hemos de tener en cuenta los siguientes complementos: una barriga, cinturón negro grueso, unas botas negras, un gorro rojo típico, una barba blanca, unas gafas redondas y un saco lleno de regalos. Todos ellos se pueden adquirir en mercadillos navideños, como el de la Plaza Mayor de Madrid. Por otro lado, es bastante posible que ya tengamos en casa alguna estas cosas. Pues bien, en este
post vamos a explicaros cómo elaborar vosotros mismos vuestros complementos.

En primer lugar, si no tenemos una barriga natural del tamaño de la de Papá Noel, deberemos hacernos con un cojín o almohada y anudarla a nuestro vientre antes de vestirnos. Para ello podemos emplear con una cuerda o un cinturón interior. Es muy importante que quede bien sujeta, pues de lo contrario se moverá y nos sentiremos incómodos.

Por otro lado, no todo el mundo tiene un cinturón lo suficientemente largo como para abarcar la barriga de Papá Noe: hemos de ser conscientes de que deberá colocarse exactamente en el ecuador de la cintura, precisamente a la altura donde el perímetro tripal es mayor.

Si prescindimos, por su precio, del cuero para confeccionar nuestro disfraz (es más económico comprar directamente un cinturón grande), la opción más recurrida es la cartulina. Podemos contruir una tira del grosor deseado con cartulina negra o marrón y dibujar ornamentos navideños con rotuladores de colores en torno al cinturón. Después, con una cartulina gris podemos dibujar una herradura grande (puede tener como forma cuaquier motivo navideño). A continuación, pegaremos la hebilla a uno de los extremos de la tira del cinturón.

Por otro lado, compraremos velcro en una mercería. Con pegamento permanente, fijaremos una parte de éste al extremo donde no hemos colocado la herradura y la otra, a la cara interior de la hebilla misma: Así podremos abrocharnos y desabrocharnos el cinturón sin romperlo. También podemos coser tiras de tela roja alrededor de la casaca. A través de éstas podemos introducir el cinturón y sujetarlo; otra opción es coserlo con hilo negro por todas partes excepto por la apertura de la chaqueta (ahí se sostendrá con el velcro).

Además, tendremos que hacernos con unas botas negras. Lo ideal sería que fuesen altas y cubriesen los bajos de nuestro pantalón. En ese caso, cabría rematarlas con tiras de algodón o de piel de cordero. Es más fácil coserlas al pantalón de forma que cuelguen por encima de la bota que fijarlas a ésta. Una vez nos hayamos puesto el calzado, podemos asegurarlas con pegamentos débiles, celo o bluetack; también podemos atarlas con imperdibles (¡cuidado!) a los cordones o hebillas de las botas. Si no tenemos unas botas negras, tendremos que conformarnos con unos zapatos oscuros.

Crea tu disfraz de Papá Noel: los detalles marcan la diferencia

En el post anterior  explicamos cómo construir la  base para nuestro disfraz de  Papá Noel. Sin embargo, y  aunque aprendimos cómo  hacernos con el traje básico,  si lo dejamos así, luciremos  un disfraz demasiado soso. Ha llegado el momento de  darle vida a nuestro gordinflón interior.

En primer lugar, vamos a necesitar algodón, cartulina roja y pegamento. Lo primero que tenemos que hacer es medir el contorno inferior de nuestra chaqueta. Al dato obtenido deberán sumársele cuatro centrímetros; por ejemplo, si la chaqueta mide 110 centímetros, la cifra con la que trabajaremos serán 114 centímetros. Esta será la longitud de la tira de cartulina que recortaremos. En cuanto al ancho de la cinta, depende de gustos, pero el tamaño idóneo oscila entre los 5 y 10 centímetros. Si la cartulina que tenemos no es lo suficientemente larga como para recortar una tira de esta logitud, un truco que podemos utilizar es grapar o pegar cuidadosamente varias más cortas para obtener el mismo resultado.

Igualmente, deberemos medir el contorno de las mangas de la chaqueta y escoger una anchura que se adecúe a nuestro gusto. En este caso, debemos incrementar en 2 o 3 centímetros el dato obtenido. Sin embargo, esta vez, aplicaremos el superávit a la anchura de la tira (en lugar de a la longitud).

Una vez que tenemos todas las tiras, debemos extenderlas en una mesa. Después, haremos bolitas de algodón y las pegaremos cuidadosamente sobre la cartulina. Intentaremos que no queden muchos espacios. En función de lo voluminosos que queramos que sean los bordes de nuestra chaqueta, podemos poner nuevas capas de bolas de algodón sobre la primera.

Cuando ya se ha secado el pegamento, tenemos varias opciones: en primer lugar, podemos pegar directamente con pegamento las tiras de cartulina a la chaqueta; o también graparlas por los bordes con mucho cuidado de no romperlas; una tercera opción consiste en coserlas con hilo blanco, de modo que podamos retirlas en el futuro sin demasiado esfuerzo. La longitud sobrante nos puede ayudar a engancharlas y asegurarlas por la cara interior de la prenta.

Si tenemos mucha prisa y no queremos andar pegando algodones, podemos pegar o coser directamente una tira de cartulina blanca, aunque no obtendremos un efecto tan vistoso. Por otro lado, si nuestro presupuesto es superior, podemos cortar directamente tiras de tela de piel de cordero sintética (en cualquier mercería las podemos encontrar) y coserlas.

Respecto a la chaqueta, cabe añadir pequeños toques, como un cuello de algodón elaborado por la estrategia que acabamos de explicar o conseguir en una mercería unos botones negros grandes y vistosos con los que ornamentar el abrigo de nuestro personaje. También podemos poner tiras de algodón o piel de cordero en las aperturas de la chaqueta.