Disfrázate de hada por Navidad

Aunque el disfraz de hada no responda a la clásica mitología navideña, en estas fechas es muy común disfrazarse de este personaje. Por un lado, bastará con que consigáis un vestido fino de tirantes y unos zapatos o sandalias bonitos. Pero la clave de este disfraz, y aquello en lo que nos vamos a centrar, son las alas.

En primer lugar, tenemos que hacernos con un alambre grueso (blanco a ser posible) que pueda moldearse con nuestras propias manos.

Con éste configuraremos el esqueleto, es decir, el contorno, del ala. Es importante que por ambos extremos nos sobren algunos centímetros, que deberán coincidir con la parte inferior del ala. Cuando hayamos obtenido la forma deseada, los enrollaremos y aseguraremos con cinta de carrocero u otro material similar. Ya fijados, si el alambre sobrante es demasiado largo, lo cortaremos con unos alicates. En este punto tenemos dos opciones: crear apenas dos alas simétricas o construir alas dobles, para lo que necesitaríamos cuatro esqueletos de alambre.

El siguiente paso es bastante sencillo: para ello necesitaremos unas medias blancas o calcetines ejecutivos del mismo color. Introduciremos cada esqueleto en una media, de forma que la tela quede tirante y aporte consistencia al conjunto del ala.

A continuación, haremos agujeritos de diversos tamaños en los bordes de las alas. Una buena técnica es quemando las medias con un objeto caliente (nunca directamente con fuego): podéis encender una cerilla y aprovechar el calor que aún desprende cuando está recién apagada; o con barritas de incienso.

Una vez habéis terminado con esto, ha llegado el momento de dibujar. Con un rotulador podéis marcar unas referencias o hacer formas como estrellas o círculos. Cuando estéis satisfechos, debéis colorear el ala con pintura acrílica y pinceles de diferentes tamaños. Si vuestra idea es disfrazaros de hada navideña, quedaría muy bien que emplear tonos dorados y plateados con colores verdes o rojos. No obstante, conviene que tener en cuenta el tono del vestido que os vais a poner junto con las alas. Recordad que no es necesario que coloreéis el ala completamente: unos austeros ornamentos pueden ser mucho más bonitos que un ala completamente recargada.

Cuando la pintura se ha secado, puedes rematar tu creación con purpurina, lentejuelas o tachuelas que pegaremos con cola de contacto.

Para terminar, uniremos las alas entre sí con cinta de carrocero, fijándolas bien. Después, la disimularemos cubriéndola con una cinta de color grisáceo anudando una ristra de lazos de colores largos y finos en este punto. También podemos pegar flores u ornamento varios, como mariposas hechas con cartulina de colores.

¡Y ya ha llegado el momento de disfrazarte!: cóselas a tu vestido y luce tus alas a la altura que más te guste.