El “Carnavalcázar”

De los sitios en los que he vivido, hay uno en el que el Carnaval se celebra con mucha intensidad. De acuerdo que nos he vivido en Rio de Janeiro ni en Nueva Orleans. Ni siquiera, pobre de mí, en Canarias ni en Cádiz, de modo que no voy a hablar de las celebraciones más famosas del planeta.

De hecho, son fiestas en las que se invierte el dinero en la jarana en sí, antes que en publicidad –hay salvedades, claro- de modo que quien las conoce las disfruta a fondo y quien no… sigue soñando con ir a pasar calor al Carnaval de Sao Paulo.

Hablo de las fiestas de Don Carnal en Castilla La Mancha, más concretamente en la provincia de Cuidad Real. De hecho, y aunque podría repasar las celebraciones de cada localidad importante de la provincia: la diversión de Valdepeñas, la tradición de Herencia la ilusión de La Solana… Me voy a quedar con las de Alcázar de San Juan.

Pero mira como beben… Don Carnal y compañía

¿Por qué hablo de los de esta ciudad en concreto? Pues porque tienen una particularidad: que no siguen el calendario lunar y no se acaban cuarenta días antes de la Pascua, sino que se celebran en diciembre. Dejemos los porqués de esta ruptura de la tradición para otro artículo y hablemos más bien de las consecuencias, positivas, de unir Carnaval y Navidad.

A ver: ¿Qué ventajas puede tener celebrar el carnaval en diciembre en lugar de, por ejemplo, marzo? (…) Ya salió el listo. Pues no: los alcazareños no tienen más días de vacaciones, puesto que se celebra en unas fechas en las que ya están de descanso navideño. Pero sí que es cierto que celebran dos veces el Carnaval: al Carnavalcázar (así se llama este sarao del último mes del año) y aquél al que decida ir cada cual en las fechas en las que lo celebra el mundo.

Careta sobre careta… Y sobre careta una…

Pero no es esta la única ventaja: como ya he dicho, en Castilla La Macha se celebra a fondo el Carnaval, de modo que, en las fechas convencionales, las ciudades han de disputarse a los grandes carnavaleros y a las comparsas importantes, mientras que Alcázar las tiene todas para ella. Gracias a ello, la fiesta es más fastuosa con menor esfuerzo.

He enumerado dos de las ventajas, pero he dejado aparte unas cuantas más sólo por el gusto de reservarlas para un futuro artículo que merece la única ciudad, hasta donde yo sé, que celebra la sacra Navidad y el pagano Carnaval a la vez.

Carnavales onunbenses

La Reina del Carnaval de Isla Cristina 2010

El Carnaval, junto con la Semana Santa, es una de las fiestas más populares y participativas en Andalucía. Sin duda, el de Cádiz es uno de los más importantes, en tanto que se trata de una fiesta de renombre a nivel internacional.

No obstante, no haríamos justicia si no mencionásemos, como mínimo, el resto de carnavales andaluces. Al menos, intentaremos ofrecer un breve balance los más significativos por provincias. En esta ocasión, comenzaremos por los canavales onubenses de mayor relevancia:

·         Carnaval de Ayamonte

La tradición de este Carnaval se remonta a la baja Edad Media. La fuerza de los siglos les confirió una fama que se extendía a lo largo de la Península Ibérica. Pese a las épocas de crisis económica, siempre fueron celebrados, hasta la Guerra Civil, cuando los artistas más reivindicativos fueron fusilados. La censura persiguió fuertemente este Carnaval, que empezó a denominarse eufemísticamente “Fiesta de la Alegría”. Hoy en día, el evento más destacable y turístico es La Gran Cabalgata.

·         Carnaval de Isla Cristina

Está considerado Fiesta de Interés  Turístico en Andalucía. Las celebraciones datan del s. XIX. Está documentado que esta festividad ha sido responsable del inmenso crecimiento económico de la ciudad desde principios del siglo pasado.

Las actividades más importantes son los espectáculos de comparsas, la cabalgata de carrozas, los bailes y los concursos de disfraces. Durante la dictadura se denominaban Fiestas Típicas de Invierno. Actualmente, son las fiestas de mayor seguimiento local y mayor índice de visitas; asimismo, se trata de la festividad en la que el ayuntamiento invierte mayor presupuesto.

El centro de la primera semana del Carnaval de Isla Cristina es el Teatro Gran Vía, ya que es la Semana del Teatro. Finaliza con la entrega de los premios de teatro, que incluyen categorías internacionales (ya que participan comparsas portuguesas); entonces, las celebraciones se trasladan a la ciudad, dando lugar a La Semana de la Calle.

A principios de siglo XXI inauguraron el Museo del Carnaval, en el edificio de San Francisco, uno de los más antiguos de la ciudad. Incluye carteles históricos y disfraces que se han usado a lo largo de la historia del carnaval.

·         Carnaval de Huelva

También es conocido como Carnaval Colombino. Se trata de una de las festividades no religiosas más importante de la ciudad, después del festival de Cine y las Fiestas Colombinas (durante el mes de agosto). Aunque estas fiestas datan de finales del s. XVIII, su apogeo fue entre 1875 y 1930. Con la Guerra Civil la tradición se paralizó y se perdió con la prohibición franquista. No fue recuperado hasta 1983, con la creación de la Federación Onubense de Peñas y Asociaciones de Carnaval (FOPAC). Pese a la creciente fuerza de este Carnaval, el inmenso parón lo debilitó considerablemente en relación a la trascendencia que en el pasado tuvo.

El Carnaval de Montevideo

Ya ha comenzado el Carnaval de Montevideo, la capital Uruguaya. Fue inaugurado con un desfile de carrozas el pasado jueves 27 de enero al que acudieron, literalmente, miles de personas.

Se trata del carnaval más largo del mundo, con una duración de cuarenta días, en el caso de este año (2001), hasta primeros de marzo. En definitiva, durante más de un mes, las calles de la ciudad se vestirán de fiesta al son de todo tipo de actividades populares.

Al parecer, el Carnaval es la festividad favorita de los uruguayos. Los datos apuntan a que éste genera más dinero que el ingreso general en entradas fútbol durante todo el año (y hemos de tener en cuenta que éste es su deporte nacional).

Durante febrero, el Carnaval se organiza por los diferentes barrios. En cada uno de éstos se montan tablados, donde las diferentes categorías o géneros del carnaval actúan todas las noches. Destacan especialmente las murgas y las comparsas de negros y lubolos (blancos pintados de negro en símbolo de reconciliación racial), que recuerdan al Carnaval de Negros y Blancos colombiano; por otro lado, también son típicas las actuaciones de parodistas, humoristas y las revistas. Estos concursos comenzaban hoy, día 31 de enero.

Todos estos grupos concursan en un certamen oficial que se organiza en el Teatro de Verano de Montevideo, compitiendo cada una de las asociaciones en su género, hasta los 48 grupos que competirán este año. El pueblo se implica en gran medida con estas actuaciones y un alto porcentaje acude a las representaciones. De hecho, las murgas más famosas tienen aferrimos seguidores que podrían ser catalogados de «hinchas».

Los ensayos duran todo el año, intensificándose los meses previos al carnaval. Esto no parece excesivo si hemos de tener en cuenta que han de crear letras, músicas, coreografías y disfraces.

Regresando al Carnaval, la fiesta más popular son «Las Llamadas», que se realizará entre los próximos 3 y 4 (jueves y viernes) de febrero. Se trata de un desfile de comparsas con tambores y bailarinas. La música que se interpreta durante esta celebración es la candombe: un ritmo originario de la población negra uruguaya. Está relacionado con el origen del Carnaval a mediados del siglo XVIII. La población esclava proveniente de África salía a las calles a interpretar este tipo de piezas que, con los años, pasaron a ser patrimonio de toda la población. Y desde hace unos años es también Patrimonio Internacional Intangible de Humanidad, por decreto de la UNESCO.

En definitiva, en Uruguay, y en especial en Montevideo, el Carnaval es una fiesta de alegría, integración y reconciliación social e histórica que se celebra, cada año, por todo lo alto. Los uruguayos comprenden que no hay nada mejor que la fiesta para compartir los valores y derechos fundamentales que no siempre fueron respetados.

Origen del Carnaval de Venecia

Venecia es una de las regiones de la península itálica con mayor encanto. Igualmente, en términos generales, es un destino turístico de gran auge internacional. Al margen de la belleza natural y tan original del entorno, Venecia se convirtió en una capital turística desde temprano por razones adicionales. Una de ellas es que desde antiguo se ha destacado como un lugar festivo; entre otras festividades, destacan los matrimonios celebrados en el agua, festivales del vino, conmemoraciones de la peste o regatas históricas; pero sobre todo, el carnaval.

El Carnaval de Venecia es, sin lugar a dudas, uno de los más importantes en el mundo, al mismo tiempo que uno de los más antiguos. Se dice que surgió durante el siglo XI, momento en el que Venecia comenzó a dominar marítimamente en entorno del Mar Mediterráneo. No obstante, hasta el siglo XIII no se condecoró como fiesta festividad oficial y suprema.

Las costumbres del Carnaval de Venecia, tal y como lo conocemos datan de los siglos XVII y XVIII. Pongámonos en situación: el carnaval era el momento en el que nobleza rompía su relacionamiento endogámico para mezclar sus costumbres con las del pueblo llano. De hecho, era muy frecuente que se disfrazasen para pasar inadvertidos entre éstos. Se cree que esta es la razón por la que se desarrolló la tradición de las máscaras.

Esta costumbre obtuvo nombre pronto, y aristócratas de toda Europa acudían a disfrutar de la fiesta. No obstante, cuando Venecia decayó en lo que respecta a su control sobre el mar —y en tanto que potencia económica— el prestigio del Carnaval se debilitó hasta puntos insospechados.

En 1797, Napoleón Bonaparte derrogó el carnaval en tanto que festividad en esta zona, y de hecho, no ha sido recuperado hasta hace apenas unas décadas, en 1979. En tanto que Venecia ha vuelto a ser un destino turístico destacado, se pensó que podría ser muy positivo para la ciudad —y divertido para sus visitantes— reconstruir la costumbre carnavalesca tal y como se desarrollaba siglos atrás.

Actualmente el Carnaval de Venecia dura diez días, en los que se organizan bailes en salones y comparsas que desfilan por la ciudad.

La protagonista indiscutible de los disfraces venecianos es la máscara: podemos encontrarlas de todo tipo, más o menos elaboradas y construidas con cualquier motivo. De hecho, muchas de las máscaras que son confeccionadas para el carnaval son consideradas obras de arte. Esto no es extraño, en la medida en que Venecia es una de las ciudades europeas más volcadas con el arte, especialmente debido a la impresionante arquitectura que lucen sus calles.