Los personajes de Johnny Depp como inspiración para nuestros disfraces.

Si hay un actor que ha interpretado a algunos de los personajes más extravagantes de la historia actual del cine este es sin duda el camaleónico Johnny Depp. Sus divertidas caracterizaciones pueden ser sin duda inspiración para muchos de nuestros disfraces y lo ha demostrado con su última película donde interpreta a un divertido indio del oeste americano.

Ya su anterior película, donde daba “vida” al vampiro Barnabás fue motivo de más de un divertido disfraz el pasado Halloween. Y es que solo se necesita un buen maquillaje, ropas negras y un peinado a prueba de sentido del ridículo para hacerse con este look de ultratumba.

Personajes clásicos presentes en todas las fiestas.

Pero si hay dos personajes en la larga trayectoria cinematográfica de este actor que han estado presentes en todas las fiestas de disfraces que se precien en los últimos años son sin duda Eduardo Manostijeras y el alocado y amanerado pirata Capitán Jack Sparrow.

Si bien el disfraz de Eduardo Manostijeras, con su complicado rostro lleno de cicatrices, sus apéndices afilados y sus ropajes llenos de hebillas metálicas puede resultar algo más complicado de conseguir, al menos si queremos conseguir un resultado similar al original, el protagonista de Piratas del Caribe no precisa de una gran destreza ya que nuevamente un maquillaje sencillo es la base de la caracterización.

Unos pantalones bombachos, una blusa blanca, un chaleco negro y un pañuelo para la cabeza es cuanto necesitamos para comenzar a sentirnos como el capitán dela PerlaNegra.Un sable al cinto, unos colgantes extravagantes al cuello y un bigote y perilla reales o falsos completan la transformación. ¡¡¡ Ahh, no olvides un buen lápiz de ojos y una sombra ahumada!! Fundamentales para lograr el auténtico toque Sparrow.

Toro, el mejor compañero para el llanero solitario

Tonto en V.O. y Toro en España, es el nombre del último personaje de Johnny Depp. Un disfraz  cuya principal característica es el llamativo tocado consistente en un pañuelo sobre el que se sostiene un cuervo con las alas estiradas. Una peluca larga morena, un pañuelo marrón, un pantalón gastado adornado con una especie de taparrabos…y toda la imaginación del mundo para crear el ave a partir de cartulina. Siempre queda la opción del disfraz parodia utilizando el típico piolín de peluche “tuneado”.

Unos toques de pintura blanca y negra para la cara y ya podemos ser el ayudante del héroe de la infancia de nuestros padres en su versión más actual.

Disfraz de fregona, divertido y barato

Cuando nos disfrazamos en grupo hay tres requisitos fundamentales a la hora de escoger un atuendo para todos:

Barato: Cada persona es un mundo y tiene su presupuesto. Una cantidad que para mi puede resultar modesta para otro puede suponer un sacrificio desembolsarla. Intentar conseguir el máximo resultado con el menor dinero posible es lo mejor para que todos disfrutemos del carnaval.

Fácil de realizar: No todos somos unos manitas y escoger un disfraz que implique dificultad para realizarlo puede terminar como el rosario de la aurora. O bien algunos llevarán algo que no se parece en nada al proyecto original o bien los más dotados para las manualidades terminarán con trabajo extra realizando los trajes de los compañeros. Con imaginación se pueden hacer cosas bonitas y muy sencillas.

Consensuado: Tiene que gustarle a todo el mundo. Evidentemente en un grupo grande habrá gustos diferentes y hay que saber ceder, quizás no puedas convencer al resto de que tu primera opción es la mejor,  pero tampoco  hay necesidad de usar un traje que desagrade.

Una idea divertida y sencilla.

El disfraz de fregona es muy sencillo de realizar y realmente llama la atención por su originalidad. Además es muy cómodo de llevar y no supone un problema para poder disfrutar toda la noche sin que nos estorbe o nos impida comer y beber.

Se puede realizar con una versión básica y una algo más elaborada, a gusto del usuario. Para la versión básica necesitaremos una cartulina roja y bolsas de basura grandes de color amarillo, también unas tijeras y pegamento. Lo primero que haremos con la cartulina roja es construir un cilindro donde nos quepa la cabeza. Haremos una abertura en forma de óvalo para la cara. Por su base abierta lo unimos a un círculo del mismo material que sobrepase el tamaño de nuestros hombros. Se cortan las bolsas de la basura en tiras anchas y se pegan al círculo para simular las láminas de la fregona.

Si se quiere realizar un disfraz algo más elaborado podemos confeccionar la base roja de la fregona con tela. El círculo sobre el que van las tiras deberá de estar relleno con cartón o con otro material que le aporte algo de rigidez. Las tiras pueden hacerse con bayetas de las que vienen en rollo, unidas de ser necesario para alargarlas.

Cualquiera de las dos opciones son baratas y fáciles de realizar y aunque la segunda da un poco  más de trabajo tampoco hay duda de que es algo más cómoda y más realista por el detalle de las bayetas.

¡¡Y yo con estas pintas!

Estás cómodamente en el sofá de tu casa, te dispones a ver una película de video y de repente suena tu teléfono. ¿A que hora pasamos a recogerte para la fiesta de disfraces? ¿Cómo que no te habíamos dicho nada? Va, venga, ponte cualquier cosa que en una hora estamos ahí.

Tienes dos opciones, enfadarte con tus amigos y pasar la noche amargado pensando en lo malas personas que son y lo despistados que se han vuelto últimamente, o improvisar rápidamente algo y salir a divertirte con muy poco presupuesto de disfraz y una gran dosis de cara dura e imaginación.

Señora de la limpieza rústica.

Tres disfraces realmente socorridos que por lo general pueden improvisarse con cosas que todos tenemos en casa. Un pañuelo en la cabeza por el que asomen algunos mechones reales o falso mal peinados, un mandil de cocina que podemos “customizar” con alguna mancha, unos imperdibles y un paño roñoso asomando del bolsillo. Si el mandil es tipo bata nos ahorraremos poner nada por debajo más que unas medias rotas por las que asomen unas piernas bien peludas, ¿no hay medias por casa? Calcetines y a lucir piernas. Si acabas de hacerte la depilación láser un lápiz negro podrá recrearlos sin problemas. Ya de paso puedes ponerte una sombra de bigote, algún lunar poco agraciado y simular algunas arruguitas. Si tienes bigote natural mejor que mejor. Unas zapatillas y un plumero o un paño del polvo y ¡¡ listo para divertirte!!

Una terrorífica momia salida del las pirámides.

Si eres de los que tienes un fantástico botiquín en casa aprovecha las vendas para convertirte en toda una momia del antiguo Egipto. Ponte las vendas por encima de la ropa, a no ser que sea una cálida noche de verano y procura hacerlo de modo que puedas “cambiar el agua de las aceitunas” sin demasiados contratiempos. Deja algunos trozos colgando y ensúcialas para dar un aspecto antiguo. Puedes dejar la cara al descubierto pintándola con un maquillaje fantasmal. Puedes sustituir las vendas con paños blancos o incluso sábanas viejas cortadas en tiras.

Y hablando de sábanas viejas… el disfraz de fantasma nunca falla y no hay nada  más fácil que coger una de esas sábanas blancas de hilo que ya no usamos, hacerle dos agujeros para poder ver y ceñirla a la cintura con un cordón (o no, eso ya a tu gusto). En diez minutos tendremos nuestro disfraz, cutre y algo incómodo, pero que nos permitirá salir del paso.

Con la música a otra parte.

La tecnología atrae a los más pequeños de la casa. Todos sabemos el peligro que nuestros reproductores de mp3 o nuestros teléfonos móviles de última generación corren en las pequeñas manos de nuestros hijos o sobrinos.

Y es que las teclas, los colores y los sonidos de sus pantallas tienen un imán irresistible para estos pequeños curiosotes que necesitan comprobar que nuestros aparatos favoritos resisten hasta los más fuertes golpes, las inmersiones más profundas y cantidades incalculables de babas y fluidos.

Convirtámoslos en tecnología punta por un día.

Un disfraz divertido, original, barato y que ellos pueden ayudar a elaborar: un lector de mp3 de última generación con todos los botones que se os pueda ocurrir. El niño estará encantado y quizás deje en paz los aparatos reales durante un día al menos.

Lo primero que vamos a necesitar es una caja de cartón para elaborar el cuerpo del aparato, que agujerearemos para poder meter la cabeza y los brazos. Es mejor que la caja no baje más allá de la cintura, ya que aunque no quedará tan bonita al menos permitirá al niño sentarse con comodidad. Forraremos la caja con papel de color y le pegaremos todos los botones y rueditas que se nos ocurran.

Si se nos dan bien las agujas se puede hacer este disfraz con tela y relleno acrílico de cojín. Así si podemos realizar un traje que llegue hasta las rodillas o hasta que cubra la cabeza, sin problemas para poder doblarse.

Todo lo que queramos añadirle será bienvenido.

No tenemos por qué ser realistas, en un disfraz y se trata de ser divertido. Si hemos optado por la opción de tela que cubre la cabeza  la cara del niño puede ser uno de los mandos multifunción del aparato. Maquíllale de modo que sus ojos y su nariz sean simpáticas piezas de un gran botón redondo. Pega en el traje otros botones hechos de cartulina, gomaeva o de tela de diferentes tonos.

Si escogimos el cartón, ¿por qué no hacer en cartulina con cilindro para la cabeza y convertirla en el conector del cable de unos auriculares? Se puede continuar con un cordón que cuelgue o, si se es mañoso, realizar unos auriculares gigantes de cartulina que vayan de lado a lado de la caja. Se pueden pegar a ambos costados para evitar que se muevan. Esto hará el traje aun más vistoso y original aunque quizás un poco más aparatoso para el niño.

¡¡Y yo con estas pintas!!

Estás cómodamente en el sofá de tu casa, te dispones a ver una película de video y de repente suena tu teléfono. ¿A que hora pasamos a recogerte para la fiesta de disfraces? ¿Cómo que no te habíamos dicho nada? Va, venga, ponte cualquier cosa que en una hora estamos ahí.

Tienes dos opciones, enfadarte con tus amigos y pasar la noche amargado pensando en lo malas personas que son y lo despistados que se han vuelto últimamente, o improvisar rápidamente algo y salir a divertirte con muy poco presupuesto de disfraz y una gran dosis de cara dura e imaginación.

Señora de la limpieza rústica.

Tres disfraces realmente socorridos que por lo general pueden improvisarse con cosas que todos tenemos en casa. Un pañuelo en la cabeza por el que asomen algunos mechones reales o falso mal peinados, un mandil de cocina que podemos “customizar” con alguna mancha, unos imperdibles y un paño roñoso asomando del bolsillo. Si el mandil es tipo bata nos ahorraremos poner nada por debajo más que unas medias rotas por las que asomen unas piernas bien peludas, ¿no hay medias por casa? Calcetines y a lucir piernas. Si acabas de hacerte la depilación láser un lápiz negro podrá recrearlos sin problemas. Ya de paso puedes ponerte una sombra de bigote, algún lunar poco agraciado y simular algunas arruguitas. Si tienes bigote natural mejor que mejor. Unas zapatillas y un plumero o un paño del polvo y ¡¡ listo para divertirte!!

Una terrorífica momia salida del las pirámides.

Si eres de los que tienes un fantástico botiquín en casa aprovecha las vendas para convertirte en toda una momia del antiguo Egipto. Ponte las vendas por encima de la ropa, a no ser que sea una cálida noche de verano y procura hacerlo de modo que puedas “cambiar el agua de las aceitunas” sin demasiados contratiempos. Deja algunos trozos colgando y ensúcialas para dar un aspecto antiguo. Puedes dejar la cara al descubierto pintándola con un maquillaje fantasmal. Puedes sustituir las vendas con paños blancos o incluso sábanas viejas cortadas en tiras.

Y hablando de sábanas viejas… el disfraz de fantasma nunca falla y no hay nada  más fácil que coger una de esas sábanas blancas de hilo que ya no usamos, hacerle dos agujeros para poder ver y ceñirla a la cintura con un cordón (o no, eso ya a tu gusto). En diez minutos tendremos nuestro disfraz, cutre y algo incómodo, pero que nos permitirá salir del paso.

Disfraces infantiles por menos de 5 Euros.

Cuando tenemos que disfrazar a nuestros hijos podemos optar por alternativas muy baratas y divertidas que además de ahorrarnos mucho dinero pueden resultarles muy atrayentes a los más pequeños porque ellos mismos pueden realizar sus disfraces, bajo nuestra supervisión.

Con un presupuesto muy pequeño y uniendo nuestras fuerzas y sus pequeñas manitas, podemos conseguir resultados fantásticos que les enseñen además que para divertirse no hace falta gastar mucho dinero.

Los ladrones más pillos de la fiesta.

Para este disfraz solo vamos a necesitar un pantalón y una camiseta oscura, una gorra de béisbol oscura, un antifaz negro que puede ser pintado, una bolsa blanca que puede ser de las que nos dan en las tiendas sin publicidad, una bolsa de basura blanca, o un saco de tela, lo que más a mano tengamos y un rotulador negro.

Dentro de la bolsa meteremos papeles para que parezca llena de dinero y pintaremos sobre ella el símbolo del Euro o del Dólar con el rotulador. En el pecho de la camiseta podemos pegar una cartulina blanca con un número simulando el que llevan los presos. El mismo traje con un chaleco verde de los que tenemos en los coches rotulado con “Policía” y ya nos habremos pasado al otro bando.

Presidiario con traje de rallas.

Necesitaremos un trozo pequeño de cartulina negra, una bolsa de la basura y un rollo de cinta blanca. Vestimos al niño con una camiseta negra y unas polainas del mismo tono (o pantalones leggings, pantalones vaqueros negros etc. Evitar los de tela porque el pegamento será complicado de quitar en ellos). Se hacen tres agujeros en la bolsa, para la cabeza y los brazos. Si es necesario se recorta por abajo para que no quede demasiado larga. Se le pega sobre ella  la cinta blanca para hacer el efecto de las típicas rallas de presidiario. Se hace lo mismo en los pantalones.

Con la cartulina se corta un círculo del tamaño de la cabeza y a continuación una tira rectangular para pegar alrededor del círculo haciendo de este modo un gorro de preso. Se pega con la cinta blanca a juego con el traje.

Vaquita suiza o perro dálmata.

La base para ambas cosas es la misma y también los materiales que necesitamos. Una bolsa de la basura blanca, una bolsa de la basura negra, una cartulina, pegamento y una goma. Agujereamos la bolsa de la basura para poder meterla por la cabeza y sacar los brazos. Mejor si es una bolsa grande que cubra al niño hasta los pies. Se recortan manchas de la otra bolsa y se pegan encima de la que nos servirá de traje.

Con la cartulina hacemos una careta en la que dibujaremos la cara de una simpática vaquita o de uno de los dálmatas de Disney. Podemos sacar la plantilla de Internet

Star “waus”

Pues si…hay dueños que están tan absorbidos por esa galaxia tan lejana que caracterizan hasta a sus perros de los míticos personajes de la que posiblemente sea la trilogía más importante de la historia del cine. La mítica “Star War”, o como aquí se le conoce “La Guerra de las Galaxias”.

Y es que no me extraña que haya gente que tienda siempre a disfrazar a su can de lo que sea, pues es realmente gracioso y me atrevería a decir cachondísimo ver a un animal disfrazado. Porque hay disfraces que son verdaderamente para enmarcar y fotografiar como si no hubiera un mañana.

Creía que era algo puntual en un grupo mínimo de personas, pero es que buscando he encontrado miles y miles de disfraces más grandes o más pequeños, siempre dependiendo del perro, y más completos o menos elaborados, dependiendo del amo. Yo me quedo con estos 3, espero que me comentéis luego qué os han parecido, aunque me creo que no lo hagáis, porque son fotos que realmente dejan sin habla…

El AT-AT(me)

Seguro que todos reconocéis esta peculiar nave de la saga, la cual se caracterizaba por que a la vez que trasportaba hacia las funciones de vehículo y monstruo que atacaba a los rebeldes en la película “El Imperio Contraataca”. Aunque se llamaba AT-AT, también se hizo famosa bajo en nombre de “el camello de cuatro patas”.

Quizás sea el disfraz perruno de Star War más conseguido que nunca haya visto, pues refleja a la perfección el concepto de la imagen que representa. Para ello han puesto un traje de malla a este perro de patas largas, un galgo, y después han puesto un grupo de cajas haciendo de vagones de la nave. Aunque me da a mí que con esa cara, no mata ni de la risa.

Del lado oscuro yo no ser

En este caso el dueño de estos carlinos lo tuvo muy fácil a la hora de escoger el traje que debían llevar cada uno de ellos. Pues por mucho que nos imaginemos es imposible visualizar a perritos de otra forma.

Su dueño ha utilizado al carlino negro, como no podía ser de otra forma, como el propulsor del lado oscuro, el maligno Darth Vader. Sin embargo, y muy acertadamente, el carlino color canela lleva el disfraz del maestro Yoda, que gracias al disfraz caracteriza a la perfección con esa cara de guasón.

La princesita del hogar

Pero definitivamente quien se lleva la palma es este disfraz, que nos refiere a la princesa de la saga de fantasía conocida como Princesa Leia. Al cual no le falta ni un solo detalle y por eso nos da esa ternura, que parece que al perro en sí no le da, pues tiene cara de pocos amigos.

Ten cuidado si tienes un amigo fanático de estas películas, pues ya no les basta sólo con disfrazarse a ellos. En cualquier caso, si la cosa se pone fea: ¡que la fuerza te acompañe!.

Reciclando para divertirse.

Mucha cosas de las que normalmente tenemos por casa pueden utilizarse para improvisar un divertido disfraz o para mejorar el que ya tenemos. Las socorridas bolsas de la basura son el elemento fundamental de muchos de los trajes que los más pequeños lucen en los carnavales del colegio. Además, como ahora pueden encontrarse en diferentes colores las posibilidades aumentan y resultan a un más vistosas.

Unos vasos de plástico pueden convertirse en enormes rulos del pelo si enroscamos en ellos mechones de nuestra peluca, dándole un aspecto aún más divertido que si usásemos unos tubos de verdad.

Disfraces básicos por menos de diez euros.

Con un jersey y unas medias gruesas del mismo color tenemos la base para improvisar cualquier caracterización. Póngaselos en amarillo y cosa del jersey trozos de bolsas de plástico amarillas a modo de plumas. Una cresta y un pico de gomaeva y tendremos un tierno pollito que nos habrá costado menos de cinco euros. Y no hace falta mucha maña para conseguir un simpático resultado.

Si utilizamos un jersey azul y unos leggings blancos tan solo tendremos que crear un divertido gorro y una mullida y redonda colita para que nuestro hijo se convierta en todo un pitufo. Una almohada o un relleno de cojín que ya no usemos y un trozo de tela de forro blanca serán suficientes para hacerlo nosotros mismos. Y aun nos habrá sobrado presupuesto para la cera azul con la que pintar la cara.

Y siempre queda la opción de visitar el armario de la abuela, o el trastero donde ha guardado ropa de otras temporadas. Seguro que encontrará telas que combinar, o modelos que en su momento eran pura moda y ahora horrorizan, para lograr un aspecto cómico que logre el objetivo de no ser reconocidos y arrancar una sonrisa en quién nos vea.

Papel de colores y gomaeva

Estos dos materiales nos ofrecen múltiples posibilidades a la hora de realizar nuestros disfraces caseros de una forma divertida y económica. Los papeles charol o los plásticos de celofán de colores pueden combinarse con la rigidez de la gomaeva para hacer gorros, pelucas, adornos para coser en la ropa y todo lo que la imaginación nos sugiera.

Utilizar ropa vieja, manteles, sábanas y demás ajuar ya gastado para conseguir retales o para decorar con los materiales anteriormente comentados es también una estupenda forma de reciclar y conseguir ahorrar un montón de dinero a la hora de disfrazarnos.

Caracterizaciones profesionales hechas en su casa

Actualmente no resulta complicado encontrar en Internet lugares donde comprar a buen precio todo tipo de materiales para caracterizaciones de calidad. Un poco de maña y un presupuesto medio es todo lo que necesita para conseguir un disfraz a la altura de las películas de Hollywood…aunque en ocasiones sea una serie Z.

Pinturas de calidad hipoalergénicas con increíbles tonos metalizados para sus creaciones más futuristas. Pequeñas piezas para adherir a la piel con pegamentos especiales, como pueden ser cuernos, apéndices nasales desorbitados, mejillas que deforman su rostro natural y cualquier cosa que se le pueda pasar por la imaginación.

El látex, aliado esencial para los efectos visuales.

A partir de unos veinte euros podrá comprar prótesis de látex muy conseguidas con las que simular cicatrices o cortes sangrantes. Podrá crear increíbles efectos que van desde la falta de un trozo de carne para lograr un aspecto de terrorífico zombi hasta la transformación total de su rostro mediante la combinación de un kit de apliques.

Si quiere darle el mejor acabado a su disfraz podrá incluso comprar laca para los dientes, que puede ayudarle a ocultar una pieza o transformar en un podrido conjunto de nauseabundas piezas la boca más sana y bonita.

Los más sibaritas pueden perfeccionar sus disfraces.

El límite está en su imaginación y en su presupuesto, ya que el mercado parece no tener fronteras: cera para moldear imitando carne; lentillas de fantasía que le darán a su mirada el toque a juego con su disfraz; sangre artificial para ser los más sanguinarios de todo Halloween y en fin, lo que se le ocurra seguro que lo encontrará.

Las máscaras FX, sobre todo las más terroríficas, son realmente impresionantes. Aunque algo caras valen bien lo que cuestan y conseguirán su misión de impresionar a los más valientes de la fiesta.

La limpieza también es importante.

No olvide guardar parte de su presupuesto para comprar productos especiales para limpiar las pinturas y retirar las prótesis. Estos maquillajes son mucho más potentes que los que se utilizan normalmente para la cosmética de diario y los limpiadores que usamos para retirar estos productos no son los suficientemente potentes para retirar un maquillaje de este calibre.

Para evitar que la piel termine sufriendo por un exceso de frotamiento o que terminar luciendo restos de nuestro disfraz durante toda la semana es importante comprar productos específicos para limpiarnos.

¡¡Y yo con estas pintas!!

Estás cómodamente en el sofá de tu casa, te dispones a ver una película de vídeo y de repente suena tu teléfono. ¿A que hora pasamos a recogerte para la fiesta de disfraces? ¿Cómo que no te habíamos dicho nada? Va, venga, ponte cualquier cosa que en una hora estamos ahí.

Tienes dos opciones, enfadarte con tus amigos y pasar la noche amargado pensando en lo malas personas que son y lo despistados que se han vuelto últimamente, o improvisar rápidamente algo y salir a divertirte con muy poco presupuesto de disfraz y una gran dosis de cara dura e imaginación.

Señora de la limpieza rústica.

Tres disfraces realmente socorridos que por lo general pueden improvisarse con cosas que todos tenemos en casa. Un pañuelo en la cabeza por el que asomen algunos mechones reales o falso mal peinados, un mandil de cocina que podemos “customizar” con alguna mancha, unos imperdibles y un paño roñoso asomando del bolsillo. Si el mandil es tipo bata nos ahorraremos poner nada por debajo más que unas medias rotas por las que asomen unas piernas bien peludas, ¿no hay medias por casa? Calcetines y a lucir piernas. Si acabas de hacerte la depilación láser un lápiz negro podrá recrearlos sin problemas. Ya de paso puedes ponerte una sombra de bigote, algún lunar poco agraciado y simular algunas arruguitas. Si tienes bigote natural mejor que mejor. Unas zapatillas y un plumero o un paño del polvo y ¡¡ listo para divertirte!!

Una terrorífica momia salida del las pirámides.

Si eres de los que tienes un fantástico botiquín en casa aprovecha las vendas para convertirte en toda una momia del antiguo Egipto. Ponte las vendas por encima de la ropa, a no ser que sea una cálida noche de verano y procura hacerlo de modo que puedas “cambiar el agua de las aceitunas” sin demasiados contratiempos. Deja algunos trozos colgando y ensúcialas para dar un aspecto antiguo. Puedes dejar la cara al descubierto pintándola con un maquillaje fantasmal. Puedes sustituir las vendas con paños blancos o incluso sábanas viejas cortadas en tiras.

Y hablando de sábanas viejas… el disfraz de fantasma nunca falla y no hay nada  más fácil que coger una de esas sábanas blancas de hilo que ya no usamos, hacerle dos agujeros para poder ver y ceñirla a la cintura con un cordón (o no, eso ya a tu gusto). En diez minutos tendremos nuestro disfraz, cutre y algo incómodo, pero que nos permitirá salir del paso.