Origen del Carnaval de Brasil

Para los brasileños el carnaval es la mayor fiesta popular del país. En concreto dura exactamente los cuatro días previos al Miércoles de Ceniza.

Su historia se remonta a finales del siglo XVIII: originalmente, consistía en un conjunto de bromas y hogueras que se repartían como entretenimiento por toda la geografía brasileña. Estas costumbres intentaron civilizarse importando los bailes y las comparsas de máscaras que eran típicas de Europa. Por otro lado, comenzó a controlarse a la población fuertemente con refuerzos policiales. En 1830 se promulgaron una serie de prohibiciones que seguían esta línea de contención. No obstante, en Brasil nunca se consiguió eliminar por completo el espíritu festivo que roza la obscenidad y la grosería.

A partir de la segunda mitad del siglo XIX, la población empezó a agruparse, en lo que respecta a la fiesta del carnaval en asociaciones que tenían diferentes denominaciones que aún hoy se mantienen. Las más importantes son sociedades, clubes, blocos y cordões: cada uno de ellos tenían una función distinta en el carnaval.

Los cordões (lazos) son originales de Río de Janeiro: eran grupos de personas que iban por la calles cantando y bailando: son precedentes directos de las escuelas de samba actuales; sus conjuntos instrumentales están formados casi en exclusividad por percusión. Por su parte, los blocos (bloques) son grupos de personas que se disfrazan de forma similar y desfilan de una forma relativamente organizada; su origen es posterior, ya que los primeros no aparecieron hasta finales del siglo XIX y no alcanzaron popularidad hasta los años veinte del siglo pasado.

Las ranchos actualmente están prácticamente extintos. Eran agrupaciones de personas de origen predominantemente africano. En los desfiles de los ranchos había un personaje que interpretaba al rey y otro a la reina y escenificaba el cortejo del primero a la segunda. Interpretaban canciones influidas por la tradición portuguesa del viejo continente, predominando los instrumentos de cuerda y prescindiendo de la percusión, seguían un ritmo más pausado que la samba.

Los clubes y las sociedades, en lugar de participar en los desfiles, organizaban bailes de disfraces privados o abiertos al público.

Paralelamente, todos estos grupos asistían a bailes de máscaras al estilo parisiense disfrazados. Los más importantes aún son los de Pierrot, Arlequim y Colombina.

Actualmente, la competitividad entre las escuelas de samba es durísima, como lo era en las formas de asociación anteriormente expuestas. De hecho, durante todo el año trabajan con el fin de efectuar una representación digna de premio. Aunque cuando el carnaval llega Brasil entero se moviliza, los centros internaciones son, sin lugar a dudas, Río de Janeiro y São Paulo. Cada año las celebraciones son más intensas, pues los brasileños saben que este es el momento en el que su país se expone al mundo para dejarlo con la boca abierta.

Origen del Carnaval de Venecia

Venecia es una de las regiones de la península itálica con mayor encanto. Igualmente, en términos generales, es un destino turístico de gran auge internacional. Al margen de la belleza natural y tan original del entorno, Venecia se convirtió en una capital turística desde temprano por razones adicionales. Una de ellas es que desde antiguo se ha destacado como un lugar festivo; entre otras festividades, destacan los matrimonios celebrados en el agua, festivales del vino, conmemoraciones de la peste o regatas históricas; pero sobre todo, el carnaval.

El Carnaval de Venecia es, sin lugar a dudas, uno de los más importantes en el mundo, al mismo tiempo que uno de los más antiguos. Se dice que surgió durante el siglo XI, momento en el que Venecia comenzó a dominar marítimamente en entorno del Mar Mediterráneo. No obstante, hasta el siglo XIII no se condecoró como fiesta festividad oficial y suprema.

Las costumbres del Carnaval de Venecia, tal y como lo conocemos datan de los siglos XVII y XVIII. Pongámonos en situación: el carnaval era el momento en el que nobleza rompía su relacionamiento endogámico para mezclar sus costumbres con las del pueblo llano. De hecho, era muy frecuente que se disfrazasen para pasar inadvertidos entre éstos. Se cree que esta es la razón por la que se desarrolló la tradición de las máscaras.

Esta costumbre obtuvo nombre pronto, y aristócratas de toda Europa acudían a disfrutar de la fiesta. No obstante, cuando Venecia decayó en lo que respecta a su control sobre el mar —y en tanto que potencia económica— el prestigio del Carnaval se debilitó hasta puntos insospechados.

En 1797, Napoleón Bonaparte derrogó el carnaval en tanto que festividad en esta zona, y de hecho, no ha sido recuperado hasta hace apenas unas décadas, en 1979. En tanto que Venecia ha vuelto a ser un destino turístico destacado, se pensó que podría ser muy positivo para la ciudad —y divertido para sus visitantes— reconstruir la costumbre carnavalesca tal y como se desarrollaba siglos atrás.

Actualmente el Carnaval de Venecia dura diez días, en los que se organizan bailes en salones y comparsas que desfilan por la ciudad.

La protagonista indiscutible de los disfraces venecianos es la máscara: podemos encontrarlas de todo tipo, más o menos elaboradas y construidas con cualquier motivo. De hecho, muchas de las máscaras que son confeccionadas para el carnaval son consideradas obras de arte. Esto no es extraño, en la medida en que Venecia es una de las ciudades europeas más volcadas con el arte, especialmente debido a la impresionante arquitectura que lucen sus calles.

El origen del carnaval

El carnaval es una festividad de tipo lúdica y popular que se celebra antes de la Cuaresma cristiana. Y, como ésta, su fecha es variable, ya que se rige por el calendario lunar. Por lo tanto, dependiendo del año, puede ser desde a finales de enero hasta principios de marzo. No obstante, el concepto de carnaval está tan extendido que a lo largo del año, a cualquier festividad de corte similar, se la denomina con el mismo calificativo: véase, por ejemplo, el artículo que tenemos sobre la fiesta de La Vijanera en Cantabria. Lo único que debe poseer son elementos comunes, como desfile de comparsas.

En carnaval los disfraces y máscaras son uno de los elementos más importantes. Es un período en el que tradicionalmente hay mayor permisividad en lo que respecta a dejarse llevar por los impulsos carnales.

Su origen se remonta directamente en fiestas paganas, como las del honor al buey de Apis en Egipto o las fiestas en honor a Baco (el dios del vino) o bacanales durante la época del Imperio Romano.

Otros precedentes más remotos son las fiestas dionisíacas griegas (Baco es la evolución de Dioniso), las de Saturnalia (que se celebraban en Roma durante el invierno), las andinas prehispánicas y afroamericanas.

Durante la hegemonía romana se expandió la costumbre por Europa. Respecto a América, ya desde su descubrimiento, los colonos occidentales inculcaron la fiesta.

Viendo la fuerza de la tradición durante la época romana y su arraigo en el pueblo, los poderes de la Iglesia católica, en lugar de intentar eliminarla (por pagana), la reformaron dándole un sentido cristiano. La idea fundamental es que, ya que la Cuaresma es un tiempo de rigidez, severidad y penitencia, previamente a él, había un pequeño periodo de permisividad lúdica que permitía sobrellevar lo que seguía a continuación.

La etimología de la palabra propuesta en la Edad Media procede del latín: carne-levare: abandonar la carne, que es precisamente el alimento que se prohíbe a los cristianos comer en los viernes de Cuaresma. Otra etimología proviene de la palabra italiana carnevale (época en la que se podía comer). Sin embargo, a partir del siglo XX se pensó que hacía alusión a la mitología pagana de la diosa Celta en la que se ofrecía carne al dios Baal: canne-baal. Sería una fiesta en la que todo vale.

No obstante, actualmente la propuesta etimológica que se considera más verosímil proviene del latín y es carna valetudinem: periodo en el que la carne vale (en oposición a la Cuaresma.

Algunos de los carnavales más importantes en el mundo son los de Río de Janeiro, Venecia y Barranquilla. En España son sumamente conocidos el de Santa Cruz de Tenerife y Cádiz (son Fiesta de Interés Turístico Internacional).