El origen del carnaval

El carnaval es una festividad de tipo lúdica y popular que se celebra antes de la Cuaresma cristiana. Y, como ésta, su fecha es variable, ya que se rige por el calendario lunar. Por lo tanto, dependiendo del año, puede ser desde a finales de enero hasta principios de marzo. No obstante, el concepto de carnaval está tan extendido que a lo largo del año, a cualquier festividad de corte similar, se la denomina con el mismo calificativo: véase, por ejemplo, el artículo que tenemos sobre la fiesta de La Vijanera en Cantabria. Lo único que debe poseer son elementos comunes, como desfile de comparsas.

En carnaval los disfraces y máscaras son uno de los elementos más importantes. Es un período en el que tradicionalmente hay mayor permisividad en lo que respecta a dejarse llevar por los impulsos carnales.

Su origen se remonta directamente en fiestas paganas, como las del honor al buey de Apis en Egipto o las fiestas en honor a Baco (el dios del vino) o bacanales durante la época del Imperio Romano.

Otros precedentes más remotos son las fiestas dionisíacas griegas (Baco es la evolución de Dioniso), las de Saturnalia (que se celebraban en Roma durante el invierno), las andinas prehispánicas y afroamericanas.

Durante la hegemonía romana se expandió la costumbre por Europa. Respecto a América, ya desde su descubrimiento, los colonos occidentales inculcaron la fiesta.

Viendo la fuerza de la tradición durante la época romana y su arraigo en el pueblo, los poderes de la Iglesia católica, en lugar de intentar eliminarla (por pagana), la reformaron dándole un sentido cristiano. La idea fundamental es que, ya que la Cuaresma es un tiempo de rigidez, severidad y penitencia, previamente a él, había un pequeño periodo de permisividad lúdica que permitía sobrellevar lo que seguía a continuación.

La etimología de la palabra propuesta en la Edad Media procede del latín: carne-levare: abandonar la carne, que es precisamente el alimento que se prohíbe a los cristianos comer en los viernes de Cuaresma. Otra etimología proviene de la palabra italiana carnevale (época en la que se podía comer). Sin embargo, a partir del siglo XX se pensó que hacía alusión a la mitología pagana de la diosa Celta en la que se ofrecía carne al dios Baal: canne-baal. Sería una fiesta en la que todo vale.

No obstante, actualmente la propuesta etimológica que se considera más verosímil proviene del latín y es carna valetudinem: periodo en el que la carne vale (en oposición a la Cuaresma.

Algunos de los carnavales más importantes en el mundo son los de Río de Janeiro, Venecia y Barranquilla. En España son sumamente conocidos el de Santa Cruz de Tenerife y Cádiz (son Fiesta de Interés Turístico Internacional).

La Vijanera

A pesar de haber sido declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional (hace dos años), La Vijanera aún no ha logrado la fama que merece.

Se trata de una tradición que se celebra en Silió (Cantabria) y es, además, el primer carnaval del año: en concreto, se celebra el primer domingo de enero.

Antiguamente se celebraba también en otras comarcas cantabras como Iguña, Torrazno, Transmiera, Campoo y Polaciones. Se cree que la tradición se remonta a la época del Imperio Romano. De hecho, el dios Jano es el que preside la fiesta de La Vijanera. Janus, en latín, deriva de Jauna, que significa puerta. Por lo tanto esta fiesta hace referencia a la puerta entre dos años, por alusión al prefijo vi- (bi-).

En la representación participan más de noventa personajes, siendo todos hombres y miembros de la Asociación Cultural de Amigos de La Vijanera. Los más importantes son la madama, el mancebo, los trapajones, el oso (que encarna el mal) y su amo, el pasiego, la Pepa o Pepona, el médico, el viejo y la vieja, el domador y el húngaro. Según la crónica de este año de El diario montañés los participantes vienen “envueltos en trajes de marcado corte rural, hechos con elementos propios de las labores cotidianas y la naturaleza de la zona”. En la edición de 2011 hubo también unos disfraces que llamaron particularmente la atención: la Giralda y un gigante.

No obstante, los personajes más llamativos son los zamarracos: hombres vestidos con pieles de cordero y sombreros picudos, con la cara pintada de negro y que, haciendo sonar enormes cascabeles atados a sus pieles, ahuyentan a los malos espíritus del año del pueblo.

Una vez que éstos han llegado a los confines del pueblo, los jóvenes del pueblo son los responsables de hacer una crítica en tono jocoso del año pasado.

A continuación, se celebra la Preñá, que es el nacimiento del nuevo año y la muerte del oso, en representación de la derrota del mal y la victoria de los buenos propósitos para el año entrante.

La fiesta termina, muy al estilo cántabro, con cocido montañés para todo el pueblo y el público.

Según cuentan, La Vijanera está en auge. Ya casi han pasado treinta años desde su reaparición, ya que, a pesar de ser una tradición sumamente antigua, la dictadura de Francisco Franco prohibió su celebración. Además de haber sido reconocida finalmente como Fiesta de Interés Turístico Nacional, y de incrementar cada año el número de participantes y espectadores, recientemente se ha inaugurado un museo temático de la fiesta en Silió. En este se pueden encontrar los trajes típicos con los que se disfrazan los personajes, fotografías de las últimas celebraciones y máscaras de todo tipo.