Viva la ciencia…¡¡ficción!!

La ciencia ficción sin duda es una mina de inspiración para todo tipo de disfraces de más o menos calidad y de más o menos gusto. Pero lo que no hay duda que hay dos sagas que nos han dado un montón de cosplays clásicos ya entre los más forofos de las batallas intergalácticas: Star Trek y Star Wars.

Hasta para aquellos que no militan en ninguno de los dos bandos son fácilmente reconocibles los personajes que forman estos dos universos llenos de fantasía, seres de otros planetas, monstruos entrañables y divertidos robots. Héroes que salvan el universo o malvados que luchan por destruirlo. Puedes elegir lo que quieras ser entre un gran elenco de personajes entre los que te será complicado escoger solo uno.

Los trekis de orejas puntiagudas

Aquí podrás escoger entre los personajes de la serie original,  los de espacio profundo nueve, la nueva generación…pero hay algunos que siempre perduran como es el entrañable Spock, mitad Vulcano, mitad humano y con una imagen muy característica: un peinado muy peculiar, orejas puntiagudas y unas cejas que se elevan en punta. Ser vulcano o vulcana es una de las opciones del lado de los «buenos».

Para aquellos que les guste el más difícil todavía los Borg, con su peculiar reina, pueden dar para caracterizaciones algo complicadas de hacer en casa pero en las que vale la pena invertir algo de dinero, sobre todo si eres un fan.

Los klingons son los malos más malosos de la saga y también de los favoritos a la hora de escoger un disfraz ya que sus características frentes y narices hacen que sean reconocibles al primer vistazo

Aquellos a quien la fuerza los acompaña hasta en el lado más oscuro.

Y claro, la Guerra de las Galaxias, como se le llamaba en mi infancia, o Star Wars, como le llaman ahora, no podía ser menos a la hora de inspirar nuestras mejores fiestas galácticas: soldados del imperio, el sabio Yoda, el malvado Darth Vader o el simpático R2-D2.

No es tan complicado ser la mismísima princesa Leia. Solo tendrás que ponerte un traje blanco que te cubra de arriba abajo del estilo de los mejores camisones de las abuelas y ceñirlo con un cinturón de tela. Lo que no puedes obviar son los dos rodetes de pelo que llevaba a cada lado de la cabeza.

Si tu pelo no te lo permite seguro que podrás sustituirlo con unos tejidos de lana divertidos y baratos como los que se ven en la imagen. Con un gorro y una bufanda del mismo tono puedes hacerlos sin problema y todo el mundo reconocerá de quién vas vestida.

Yo de mayor quiero ser…

Dicen que uno saca a relucir su personalidad más oculta a través de los disfraces y que en ocasiones su subconsciente habla a través de las ropas con las que escoge celebrar las fiestas más desenfrenadas y locas del año.

Sin embargo los niños son  tan complicados, ellos se disfrazan simplemente de lo que quieren ser, ya sea un súper héroe o aquella profesión a la que aspiran a llegar en ese para ellos lejano futuro en el que se harán mayores. No hay mucha diferencia para ellos entre querer ser el hombre araña o médico, su fantasía mezcla todo de una forma increíble, lo importante es que disfruten.

Todo tipo de profesiones

Es fácil encontrar disfraces de todos los precios en los que los pequeños de la casa puedan interpretar el rol que más les guste: bomberos, policías, médicos, mecánicos… todo puede ser durante las fiestas más imaginativas. Y se puede llegar a conseguir mediante trajes comprados o improvisaciones caseras.

No hay nada más divertido que ver a un niño con su cajita de herramientas de plástico y su casco imitando el trabajo de sus padres cuando realizan bricolaje los domingos. O cuando se ponen su uniforme y tratan de salvar la ciudad de todos los “malos” estando al servicio de la ley y en orden. Aunque igual mezclen una estrella de sheriff con un tricornio de la guardia civil. A fin de cuentas en su mundo interior no hay tantas diferencias entre unos y otros protectores de la sociedad.

No hay profesiones por sexo

Disfrazarlos de profesionales puede ser una buena oportunidad para enseñarles a los más pequeños que no hay profesiones de hombre y de mujer y que la mayoría de los puestos pueden ser desempeñados indistintamente por unos y otras. Disfrazar a los niños de médico y a la niñas de enfermeras no hace más que perpetuar una serie de roles machistas que la sociedad ya hace tiempo que debería de tener superados. De poco vale que tu hija vea que cuando va al médico le atiende una mujer si a la hora de disfrazarse le dices que ella mejor de enfermera. Romper las barreras se puede hacer desde todos los frentes. Y por qué no, dale a ella la caja de herramientas y el casco si es lo que le apetece.

Los niños no solo se divertirán disfrazándose de profesiones sino que aprenderán valores y sentirán que aunque puede haber barreras que los limiten a la hora de ser lo que quieren ser su sexo no tiene por qué significar una de ellas.

Pros de los disfraces caseros

Los disfraces caseros tienen una serie de ventajas respecto a los comprados que podemos resumir en las siguientes:

–          No encontrarás otro disfraz igual al tuyo. Será original y único.

–          A no ser que te líes a realizar algo muy complicado el disfraz será barato y no te supondrá tanto desembolso como un traje comprado.

–          Puedes utilizar ropa u otros objetos que encuentres por casa y luego retornarlos a su uso original.

–          Si reciclas cosas del hogar o compras prendas que pueda usar luego no tendrás que pensar dónde guardar el disfraz, solo tendrás que desmontarlo y todo vuelve a su lugar.

–          Es divertido realizarlos, sobre todo si lo haces con amigos y quedáis para coser las piezas o diseñar el modelo.

–          Si el disfraz es para niños pueden participar en su creación, lo cual siempre les hace mucha ilusión.

Contras de los disfraces caseros

Pero también está la otra cara de la moneda, lo que hace que estos disfraces no sean muy populares entre algunas personas que se estremecen ante la sola idea de realizar su disfraz:

–          A veces pueden ser algo cutres, sobre todo si no queremos pensar demasiado. La imaginación es lo fundamental y no todo el mundo se molesta en pensar mucho.

–          Si no sabes coser muy bien o eres negado para las manualidades el resultado puede dejar mucho que desear y lo que era una buena idea sobre el papel ser todo un desastre al cobrar no-forma.

–          Su elaboración puede requerir mucho tiempo y no todo el mundo dispone de demasiadas horas para invertir en algo que se va a usar una noche y probablemente nunca más

Pros de los disfraces comprados

Los disfraces comprados también tienen sus defensores y éstos tienen muy buenos argumentos:

–          Un disfraz comprado no da trabajo, podemos limitarnos a usarlo y guardarlo sin más.

–          Actualmente hay disfraces muy económicos, además una vez usados se pueden intercambiar.

–          También podemos alquilarlos para una noche

–          Un disfraz comprado siempre queda bien, sea la ocasión que sea no desentonaremos y tendremos una buena apariencia.

Contras de los disfraces comprados

Y por supuesto, también hay detractores:

–         Un buen disfraz es caro, los disfraces baratos en ocasiones tienen muy poca calidad

–    Es posible llegar a la fiesta y encontrarse a alguien que lleve exactamente el mismo disfraz, lo cual nos va a restar toda la originalidad que deseábamos tener.