Compro oro, un disfraz acorde con los tiempos

Con la crisis, las tiendas de compro oro han proliferado como champiñones, por eso, estos carnavales puede que sea uno de los trajes estrella. Sencillo y barato, pero de lo más actual, seguro será una alternativa para aquellos que pese a todo, quieran aportar algo de color a la vida cotidiana de muchos. Esta puede en una alternativa para aquellos que como yo, al final siempre se nos echa el tiempo encima.

Para hacer este disfraz, necesitaremos cartón, pintura de color amarillo y negro y, por si llueve y caen chuzos de punta forro de libros para plastificar el cartón.  Otra opción puede ser que en vez de utilizar pintura amarilla, usemos papel dorado de regalo. Para atar los cartones entre sí, nos vendría muy bien un trozo de cuerda.  Estos sencillos materiales nos sacarán de un apuro de manera muy sencilla, rápida y barata.

¿Que Cómo lo hacemos? Pues «con estas manitas»

En primer lugar, tenemos que encontrar dos trozos de cartón que nos cubran desde el cuello hasta la cintura. Una vez cortados a la medida, los pintaremos el fondo de amarillo. Cuando se haya secado, dibujaremos las letras negras con el mensaje que deseemos, por ejemplo: compro oro, convierte tu oro en euros o compro oro, alternativa si tus números se han vuelto rojos…. o algo parecido. Tú mismo.

En el caso de que utilicemos papel dorado en vez de pintura, tendremos que pegarlo bien al cartón y estirarlo, de tal manera que no quede ninguna o las menos arrugas posibles. Intentaremos, en todo caso, que el texto tenga tintes humorísticos y si es posible sacar una sonrisa a aquéllos que han tenido que recurrir a ese tipo de establecimientos para sobrevivir. El objetivo es en todo caso, reírse de la situación por un momento.

A la crisis, buena cara

El objetivo principal a conseguir con este disfraz es reírse de lo que nos rodea, sin ofender claro está, a aquellas personas que desafortunadamente acuden a este tipo de establecimientos para que les saquen de un apuro económico de manera rápida, pero muchas veces dolorosa y desesperada.

Todo aquél que se vista de compro oro estos carnavales, que seguro que son muchos, sólo quiere que por, al menos unos días, se ironice con la figura de la crisis en la que estamos inmersos todos y podamos sacar una sonrisa en nuestro rostro que haga que los demás también sonrían.