Las chicas son guerreras

Como bien decía la canción hay chicas muy guerreras que están dispuestas a ganar cualquier lucha. Por ello, no habría mejor regalo para ellas que ponerse en la piel de cualquier tipo de guerrera, porque sean quienes sean, volverán con un triunfo en la mano y unos cuantos trofeos.

Cuando me he planteado escribir este post, he pensado en varias personas a la vez, pero sobre todo en aquellas que luchan cada día en un entorno que se ha convertido en un campo hostil y lleno de trampas, pero que a pesar de todas las dificultades siguen hacia delante porque siempre encuentran un motivo para seguir viviendo y peleando por el bienestar de los demás. 

Aunque esas personas sean las verdaderas luchadoras de este planeta y no les hace falta disfraz, al resto de los mortales puede que les venga bien alguno, para que por unas horas se sientan fuerte e invencibles y ya de paso, aumenten su ego un poquito.

Gladiadoras

Como siempre, la opción de comprarlo en una tienda está ahí, y probablemente es la más recurrida por comodidad y últimamente también por tener un precio muy asequible. Si queréis ir todas exactamente iguales está es la mejor opción, aunque después cada uno lo lleve a su terreno.

Si optáis por lo casero, necesitaréis un vestido ceñido marrón, si puede ser de imitación cuero o un corsé con tiras y una falda ajustada. Una vez conseguido la base, entonces se pueden añadir todos los adornos que se quieran. Nos vendría bien un escudo, un cinturón, una peluca del color contrario a nuestro pelo para destacar más, unas muñequeras negras con la que se puede conseguir demostrar nuestra fuerza y fortaleza, y por supuesto, una capa roja

Un buen remate

El remate final a nuestro disfraz puede ser un buen maquillaje, que será de una manera u otra según lo que queramos transmitir a nuestro alrededor. Podemos añadir gotas de sangre por la piel como rastro de una lucha con los leones más feroces. Si queremos transmitir una imagen sexy, unos labios rojos y una peluca rubia pueden ser el mejor aliado para conseguirlo.

La cuestión es plantearse como podemos salir del convencionalismo y crear un disfraz a nuestra medida, con nuestros gustos y nuestra personalidad propia. Siempre que optemos por comprar el traje, en la medida de lo posible y con un poco de conocimiento sobre costura, podemos conseguir un disfraz totalmente personalizado sin hacer grandes cambios.