Las chicas son guerreras.

Si os gusta ser las más peleonas y no os asusta enfrentaros con nada ni nadie, este disfraz dejará claras vuestras intenciones: buscar guerra dónde quiera que vayáis esa noche.

Un divertido traje que es toda una declaración de intenciones y que deja claro que solo los más valientes deben arriesgarse a intentar conquistar vuestras posiciones tan fieramente defendidas.

Un traje que se puede comprar ya realizado.

Si lo que queréis es un realismo total en vuestro disfraz no os quedará más remedio que comprar un traje metálico o con una tela que imite bien ese material. No hay duda de que será una buena inversión ya que no solo es un disfraz ideal para llevar en grupo y pasarlo bien, sino que también os hará sentir tremendamente sexys y especiales enfundadas en un traje que permite lucirse como pocos.

El casco es fundamental, ya que proporciona el toque fiero y salvaje necesario para parecer auténticas valkirias dispuestas a defender el walhalla de aquellos que no reúnan las condiciones necesarias para disfrutar del merecido descanso del guerrero. La capa, opcional, no solo ayudará a proteger un poco si hace frío, sino que dará un aire más de superheroína al atuendo.

Pero también se puede realizar la versión casera.

Si se quiere realizar una versión casera de este traje es recomendable que se compre el body, de un material brillante como el vinilo, que proporcionará el toque metálico sin ser tan delicado como el látex ni tan fino como la tela. A partir del body se puede elaborar el resto del atuendo: unos flecos anchos cosidos a modo de faldita, o si quieres simplificar aún más, una falda del un material similar al body cortada en tiras. Los brazaletes y las espinilleras se pueden hacer fácilmente en cartón forrado de papel charol. Si en vez de zapatillas ponemos unas botas y las decoramos ahorraremos parte del trabajo.

Los cascos nuevamente deben de ser comprados, unos sencillos cascos vikingos de los que podemos encontrar en cualquier tienda de disfraces por poco dinero y que adornaremos y personalizaremos a nuestro gusto para que queden acorde al resto del traje. Lo más caro del atuendo será el body, que además podremos aprovechar para usar en otras ocasiones, con lo cual es toda una inversión.

Unas sencillas espadas de plástico y una capa de cualquier tela fina que ondee al viento allá por donde os dirijáis, un antifaz que os proporcione un poco de anonimato y a disfrutar de las batallas que la noche tenga a bien poner en vuestro camino.