Fiesta temática «Debajo del Mar»


Hemos dicho que las fiestas temáticas son lo más común hoy en día. Vamos a centrarnos en cómo hacer una fiesta temática llamada «Debajo del mar» con toda su decoración, que además de los disfraces es lo que le da el tono a la fiesta.



Adorna las paredes con cortinas brillantes plateadas o azules, para crear el efecto de cascadas de agua. A las cortinas brillantes, añade unas tiras de peces y trozos de guirnalda de papel crepé verde, para simular algas.

Convierte la sala en un fondo marino con fondos de pared agua o arrecife. Cuelga delante de estos decorados de pared animales marinos con diseños de ballenas y delfines, y añade muchas tiras peces para dar toques de color.

• En vez de utilizar fondos de pared, puedes simular un fondo marino con guirnaldas de cinta crepé de tonos azules y verdes. Fíjalas de forma horizontal en las paredes, torciéndolas para conseguir un efecto “hélice”, lo cual representa el movimiento del agua. Añade unos troquelados mundo submarino, con formas de peces y cangrejos.

 ambiente de mar profundo cubriendo el techo con trozos largos de tela de tonos azul y verde. Extiéndelos de una pared a otra, o del centro del techo a los bordes, a modo de carpa.

• Para dar la sensación de estar en el fondo del mar, pega trozos de una guirnalda de cinta crepé de colores verde y azul en el techo. Utiliza trozos de distintos largos – estas guirnaldas suelen venir en rollos de 25m, y son muy fáciles de manejar y de dividir.


Corta las tiras peces en trozos de distintos largos y fíjalos al techo, para que parezca que están nadando en la sala.

• Otra forma muy eficaz de conseguir este efecto es atar los trozos de las tiras peces a globos de látex de tonos azul inflados con helio. Deja los globos flotar hasta el techo, llevando consigo las tiras peces.

• Recorta siluetas con forma de la base de barcos pescador en cartulina o papel de color gris, azul oscuro o verde oscuro. Fíjalas al techo para dar la sensación de estar debajo del mar.

• Potencia la sensación de mar tapando la parte inferior de las ventanas con papel de seda azul, y añade unas siluetas pequeñas de peces de colores.

 Extiende trozos largos de plástico de cocina desde el suelo hasta el techo, a intervalos desiguales alrededor de la sala, para dar un efecto aguado a la decoración. Pega encima unas siluetas pequeñas de peces tropicales, y/o unas flores marinas.

 Cuelga una red pescador artificial en una esquina de la sala, con un extremo de la red en cada pared y el borde opuesto de la red pegado donde se juntan las dos paredes, estilo hamaca. Llénala con globos de látex de tonos azules y verdes inflados con aire. Cuelga algunas tiras peces de la red.

• Crea medusas con platos coloridos de cartón y trozos de guirnaldas de colores. Suspéndelas del techo con hilo invisible o hilo blanco.

• Otra forma impactante de crear medusas es con globos grandes transparentes y globos moldeables transparentes como tentáculos. Infla los globos con aire, y pega los “tentáculos” al cuerpo con cola fría o puntos de silicona. Suspende las medusas del techo con cuerda de pescador.

• Para una fiesta de mayores, reemplaza las bombillas de las lámparas de la sala con bombillas azules.

Adorna la mesa con una falda de mesa azul, y dos o tres manteles de plástico, de color azul mar, azul claro y/o azul caribeño. Corta los bordes de los manteles en forma de ondas o de olas, y colócalos para que se vean los distintos colores.

FELIZ CREACIÓN!!

Fuente de la imagen

Vístete de época para pasear en coche.

En verano se celebran en muchos pueblos desfiles de coche de época. Es el mejor momento del año para sacar a la carretera unos vehículos que evocan otros tiempos y conducirlos con la ropa que corresponde tan ilustre carrocería.

Mucha gente acude a estos desfiles ataviada con ropa de época acorde con sus coches favoritos, la primera mitad del siglo XX representada a través de los diferentes ropajes: los años 20 con el glamour de sus ropas cortas y el charlestón, los años treinta con sus sombreros de ala ancha y trajes chaqueta entallados para ellas y así, poco a poco, hasta llegar a los 60 y el estallido hippy, mucho menos glamoroso pero divertido y lleno de color.

En este tipo de actos no vale lo cutre, se cuida hasta el último detalle y la ropa, sobre todo la de las señoras, es totalmente idéntica a la de la alta sociedad del momento, la única que se podía permitir esos primeros vehículos. Los hombres con sus trajes cortados a la manera de la época, sus sombreros y sus pañuelos o bufandas dándoles el toque elegante que todo conductor de un vehículo así necesita.

Algo más que un disfraz

Y es que no se trata de disfrazarse en el sentido clásico, sino de caracterizarse conforme a unos años pasados, tal como harían en un plató de cine para rodar una película. Muchas de estas personas tienen ropajes auténticos que han cuidado y restaurado con el mismo mimo que han hecho con sus coches.

Otros se la han cosido especialmente para los días en que salen a desfilar. Pero siempre con unos patrones de calidad, totalmente endomingados y elegantes. Estos desfiles se convierten en todo un acontecimiento y se puede ver a todo el pueblo y gente que se desplaza exclusivamente para verlo situados por todo el recorrido para ver desfilar a una parte del pasado, como si de un recorrido por el túnel del tiempo se tratara.

Estos coches tienen otros usos

Además de para desfiles de éste tipo, los propietarios de vehículos de época suelen alquilarlos para películas ambientadas en los años en los que sus coches eran una muestra de clase y distinción y rodaban por las carreteras como máximo exponente de la modernidad y del desarrollo industrial.

También podemos verlos habitualmente en bodas, llevando a los novios a la iglesia de una forma original y diferente en su día más especial.

Lo complicado de ser tres

Siempre que nos invitan a una fiesta temática o de disfraces, además de hacernos una tremenda ilusión, nos hace estar días y días pensando y dándole vueltas a la cabeza hasta que conseguimos llegar a un disfraz lo suficientemente bueno como para ponernos manos a la obra.

Todos pasamos por la fase de cuestionarnos ir en parejas. Pues siempre hace más gracia y la vergüenza se divide entre los dos. Esto está bastante bien, pero el problema surge cuando sois 3 los amigos, o amigas. Porque no sé si lo habéis pensado alguna vez, pero resulta tremendamente complicado ajustar un disfraz a tres personas.

Y es que ya lo dicen, tres son multitud. Aun así aquí os traemos algunos disfraces. No os voy a engañar, me ha resultado bastante difícil llegar a ellos, pues no hay muchos temas ni tríos famosos a los que ceñirse. Aun así espero que os resulten útiles o por lo menos como punto de partida a la hora de llegar a nuestro disfraz.

Sal, pimienta y… ¿Comino???

Este tema empecé a cuestionármelo a raíz de ver un episodio de la serie televisiva de “Como conocí a vuestra madre”. Donde su protagonista esta tan involucrado en la relación entre sus dos mejores amigos que siempre termina acoplándose de esta forma tan chirriante a los disfraces de ellos.

En este caso, la pareja se disfrazaba de una pareja mítica en cualquier mesa, la sal y la pimienta. Aun así, Ted, el prota, saca ingenio y se prepara un disfraz y ni corto ni perezoso se adosa como  especia en muchas comidas, el comino.

Con este ejemplo, solo quiero enseñarte que muchas veces se puede partir de un disfraz de dúo y añadir de esta forma la tercera parte.

Las Supernenas

Quizás uno de los pocos tríos que puede haber para que se disfracen 3 amigas, el compuesto por estas heroínas infantiles conocidas como Pétalo, Burbujas y Cactus. Es el primero en el que pensamos y el más reconocido. Este es un ejemplo de traje que nunca falla.

Además no resulta difícil de desarrollar, pues unas pelucas, un antifaz realizados por nosotros mismos realizado con gomaeva trazando círculos, que nos sirvan como los ojos grandes de las protagonistas y un poco de tela de colores para realizar vestidos sencillos, bastara.

Piedra, papel y tijera

A veces las cosas más simples y sencillas son las más difíciles de llegar, pero a la vez las más  buenas. Pues, ¿no me digáis que ir vestido de esta forma de echar a suertes, no es de lo más original a la que asistir a una fiesta?

¡¡¡¿¿¿Pero qué invento es esteeee???!!!

Alguna vez habrás oído, escuchado incluso sufrido como en carnaval la gente pierde completamente la vergüenza, el reparo y el ridículo total. Todos alguna vez nos hemos liado la manta a la cabeza y hemos tirado a la calle con la primera cosa que hemos encontrado. Pero parece que hay gente que cuento oyen esta expresión lo llevan a lo literal y salen a la calle realmente con una manta como turbante.

Dicho esto, os podréis hacer una idea de que sí, hoy vamos a hablar de disfraces imposibles. Pero esta vez damos un paso más allá y nos adentramos en el mundo incómodo. Más allá de los mini trajes de cualquier chica adolescente… mmmmmmmmucho más allá. Porque esta vez son disfraces protagonizados por jóvenes varones los cuales aún están en plena efervescencia de feromonas. Un verdadero peligro no para ellas, sino para las vista.

“Era lo único que tenía por casa”

Se ve que a este joven lo avisaron tarde y no encontró nada más a mano en su casa. O se ve que le pidieron que llevara algo para picar y las hormonas hicieron el resto. El caso es que no lo dudó y se hizo una especie de slip con una caja de pizzas a domicilio. Este es uno de los casos en que el ser humano se cuestiona si tu amigo es un inconsciente o un verdadero genio…

Son como niños…

Y es que por mucho que crezcan no se les quitan las ganas de jugar. Por eso este caballero decidió dedicar su disfraz y creación a esos juegos infantiles que dejamos atrás al crecer. Donde tú ves algo grotesco, el ve una reivindicación a que hay cosas que se pierden de la infancia que nunca deberían perderse…

Bueno, al menos lo he intentado… Y es que lo ponen muy difícil para no dejarse llevar y soltar un montón de chistes de los miles que se me ocurren en este momento. Solo espero que esa noche no hagan un sorteo, lo utilicen como urna y allá que remover las bolas. (Me pedíais un imposible, lo siento, pido perdón).

“¿¿¿A que no me conoces???”

Observo este disfraz, de verdad. Y sé que hay que describirlo, pero no sé si centrarme en ese pelo, que espero que sea peluca, en esas botas, que espero que fueran parte también de un cristal. O esas gafas propias de Rafa el del grupo musical La Unión. Pero de verdad lo que menos me llama la atención es que solo vaya disfrazado con una careta, típica de cartón, de cuando éramos críos.

Aun así, reconozco que hay que echarle…valor… para salir así a la calle.

Abuelito dime tú

Hubo un tiempo en que nuestros mayores se encerraban en casa a cierta edad y a penas volvían a salir más que para lo imprescindible. En ocasiones se les podía confundir con un mueble más, pues se quedaban en su sillón, que ya tenía la forma del cuerpo, y se limitaban a dejar pasar los días sin a penas participar en la vida. Y si alguno intentaba hacer algo se le regañaba cual niño y se le devolvía a su rol sin pensarlo dos veces.

Hubo un tiempo, porque hoy por hoy no es así y nuestros abuelos tienen más marcha que nosotros mismos en muchas ocasiones. Por fin la sociedad ha empezado a entender que mientras hay vida hay que vivirla y los mayores han comenzado a disfrutar de unos años dorados en los que ya no tienen tantas responsabilidades y pueden volver a salir, a conocer nuevas amistades y realizar actividades que quizás no pudieron hacer antes.

Las asociaciones de vecinales y los grupos de la tercera edad han jugado un papel muy importante para que estas personas lo pasen bien y desarrollen actividades con las que disfrutan enormemente. Entre ellas, por supuesto, está la de disfrazarse.

Las comparsas más marchosas

En todos los carnavales de las ciudades de nuestro país podemos ver comparsas de gente de edad avanzada pero que bailan, cantan y disfrutan disfrazados como si fueran un grupo de adolescentes. Y además suelen llamar la atención por su espíritu festivo y en ocasiones por trajes realizados por gente que sabe manejar la aguja con una maestría que no tiene nadie de las nuevas generaciones.

Incluso se integran en comparsas con gente más joven y aportan sus conocimientos y mañas para que todo el mundo vaya realmente impresionante. Y que nadie se preocupe por la abuela, que ella es la que lleva realmente la voz cantante y la que cierra todos los bailes sin cansarse jamás. ¡Y sin necesidad de bebidas que den alas!

Un humor a prueba de crisis

Y es que si alguien sabe lo que ha sido pasar crisis duras, esos son los abuelos y saben también que la mejor receta para disfrutar de la vida cuando vienen mal dadas es sonreír,  ponerle humor al día y día y esforzarse por hacer de las pequeñas cosas un acontecimiento especial que convierta un día normal en algo divertido y diferente. Y es que yo, de mayor, quiero ser como estos abuelos que parecen sacados de Cocoon

Tu perro en los huesos

Parece ya un clásico en este blog hablar de esos dueños que viven tanto las fiestas y las fiestas de disfraces que deciden también disfrazar a sus mascotas. Por otro lado nada raro, teniendo en cuenta que existen firmas dedicadas no solo a realizar disfraces caninos, sino a cualquier tipo de vestido o complemento.

En este caso nos vamos a centrar de un disfraz que es mítico ya en Halloween, como son los disfraces de esqueletos. Aunque esta vez los vamos a trasladar a otra clase de medidas y distribución anatómica, ya que hablamos de esqueletos caninos.

Un poco de cera para la cara y listo

De ahí el dicho aquel de “menos es más”. Como podéis ver con muy poco hemos conseguido trasformar a este perro en un esqueleto ladrante (chiste mío). Para ello solo necesitareis una cera blanca de las típicas que utilizamos para la cara. No te asuste usarla, recuerda que este tipo de maquillaje se puede utilizar en pieles, y los perros tienen pelaje, por lo cual están más protegidos incluso que nosotros.

Este tipo de maquillaje, ya que no se le puede llamar disfraz, va muy bien para perros de pelo corto y oscuro, como negro y marrón. Pudiendo admitirse hasta en algún canela. Si tu perro es muy claro te recomendamos usar un negro, al revés. Si quieres sorprender prueba con colores chillones y que se vean en la oscuridad.

¿Este niqui me hace delgado?

Otra solución menos laboriosa es directamente comprar un disfraz a tu perro. En este caso se trata de un niqui o body el cual se ajusta al cuerpo de nuestro can. Y el cual podemos elegir a medida, pues se hacen según las distintas razas perrunas.

En este caso el dueño de este bull terrier ha aprovechado la mancha que este tenía en su ojo para maquillarle la cara a modo de calavera también, con sus cuencas de los ojos, su hueco de la nariz y su boca. Así amoldar más aun el disfraz.

No hace falta ponerse radicales…

…O tal vez sí. ¿Qué os parece este tipo de disfraz? No sé si he hecho bien en seleccionar esta foto, pues los dueños más radicales con perros de pelo largo estarán deseando que llegue Halloween para cortar así el pelo de sus perros, con la excusa de que al día siguiente se lo cortan del todo.

Como podéis ver, han aprovechado esta perra para, gracias a un peluquero canino, con un juego de volúmenes, realizar el esqueleto del perro. El pelo que queda largo lo han teñido con sprays de colores que se van con al agua, así contrasta aún más.

 

Antiguos Halloween… ¡Estos sí que daban miedo!

Poco podemos hablar de la fiesta de Halloween que no hayamos dicho ya. Sus orígenes celtas paganos, que luego los cristianos hicieron de la fiesta de Samhain, que honraban a los muertos, en el día de Todos los Santos.

De una forma extraña, este festejo llegaría a América de formas muy distintas, mientras en Centroamérica como el Día de los Muertos, y en Norte América como la noche de Halloween, cuando un grupo de inmigrantes irlandeses, huyendo de la Gran hambruna irlandesa, se trasladaran a estas tierras en busca de una vida mejor, allá por 1840.

Esto nos hace ver que en realidad esta fiesta, que tan popular se ha hecho en nuestro país es en verdad muy actual. Tanto como para que haya constancia de documentos gráficos en forma de fotografías. Eso sí que era dar miedo. Si no me creéis, comprobarlo por vosotros mismos.

Tomás… ¿Eres tú?

Para los que hayáis visto la película de “el Orfanato”, pronto asentiréis como yo al ver al niño del medio, quien va absolutamente igual que la aparición que no para de ver Belén Rueda en esta película. Algo que por cierto…ahora que lo vuelvo a recordar, me despierta muchos miedos. Para que luego digan que las películas españolas no dan…

En este caso podemos ver como desde los comienzos, la fiesta de Halloween consistía en que la gente no te reconociera, por esta razón los integrantes de la foto van con telas tapándose la cara, ya que en aquel entonces no existía careta.

Qué foto más… ¿tierna?

Esta son una de esas típicas fotos que dentro de este contexto de los disfraces y Halloween se entienden, pero fuera de este artículo, nunca sabríamos de que se trata, incluso la cara del niño nos haría dudar de si se trata de una extraña enfermedad, de esas que se hacen cadenas en Facebook.

En este caso sí, se trata de una foto de unos hermanos enmascarados. Aquí está la muestra de unas de las primeras máscaras y como Halloween siempre ha pretendido asustar. Yo que tu tendría preparado caramelos…

De botellón con los colegas

Aquí tenemos lo que sería una fiesta de Halloween y la foto donde más comentarios y dudas me sugieren. La primera seria ¿es una calavera lo que de verdad lleva en la cara la persona de blanco arriba, empezando por la izquierda? De no serlo se le parece. La segunda es ¿Acaso el último de ellos, abajo a la derecha, es el hermano mayor del ecce homo de Borja?

Lo que está claro es que las fiestas y tradiciones hay que disfrutarlas sin cuestionarte de donde vienen, de que son o a dónde voy. Pues lo importante es pasar una buena velada con los tuyos y lo demás…es lo demás.

 

Gigantes y cabezudos

Recuerdo con especial cariño cuando de pequeños en las fiestas del pueblo nos llevaban a ver el acontecimiento que todos los niños esperábamos con ilusión: los desfiles de gigantes y cabezudos. No sabría bien si llamar a las personas que representaban estos personajes disfrazados, porteadores o actores, porque realmente hacían un poco de todo proporcionando un espectáculo divertido del que niños y mayores salíamos con una sonrisa en la cara.

Los disfraces de gigante y cabezudo se realizaban originalmente en cartón piedra aunque en la actualidad se incluyen otros materiales ligeros como el poliéster o la fibra de vidrio. Una vez elaborada la carcasa se pintaban a mano con colores brillantes y se les acomodaban los ropajes.

En el caso de los gigantes se elaboraba en madera la carcasa para que la persona pudiera llevar al muñeco en procesión por el pueblo. Una variedad de estos eran los gigantes que iban sobre zancos en algunos pueblos, una actividad bastante peligrosa ya que las enormes caretas no les permitían ver demasiado bien por donde iban.

Realeza y personajes cómicos.

Los gigantes y cabezudos son parte del folklore  en toda Europa y cuándo se colonizó el continente americano se llevó para allí la tradición asentándose enseguida en esas tierras. Tradicionalmente los gigantes representan a reyes o a figuras muy importantes de la zona dónde se representan. Siempre tienen un toque de personaje muy importante y suelen salir en parejas.

Por el contrario los cabezudos pueden ser los bufones o cualquier otro personaje cómico o que pretenda asustar y que muchas veces se introduce entre el público y juega a perseguirlos mientras la gente escapa fingiendo estar asustados. Esto causa las risas y la diversión de los más pequeños, que son los que más participan en estos juegos.

Una tradición de siglos

Esta tradición se sigue conservando en casi toda España y normalmente las personas que se meten en los personajes son cada año los mismos. Sobre todo en el caso de los gigantes, ya que hay que tener práctica para poder portear estos enormes muñecos y en ocasiones hacerlos bailar e interactuar entre ellos en un formidable y colorido espectáculo.

Disfrazarse de gigante o de cabezudo no está al alcance de cualquiera pero por suerte todos podemos disfrutar y participar de la fiesta aunque no sea portando uno de eso formidables trajes. Si tienes la oportunidad este verano de ver un desfile en cualquiera de las fiestas que se celebran por todos los pueblos de la península, no dejes de acudir y disfrutar de una tradición que tiene cientos de años tras de si y esperemos que también por delante.

La vieja del visillo

No todas las ancianitas son inofensivas y vulnerables, como bien lo demostraba la abuelita de Piolín cuando se enfadaba con el gato Silvestre al encontrarlo tratando de abrir la jaula de su lindo canario. Cada cierto tiempo aparece una señora entrada en años y con mayor dosis de mala leche para diversión del público y para inspirar los disfraces más divertidos.

José Mota ha triunfado con la vieja del visillo, uno de sus personajes más populares y malvados. Tiene éxito porque todos conocemos alguna cotilla que espía tras las cortinas los movimientos de todos sus vecinos para criticar y criticar luego con sus amigas. Incluso a sus amigas a la mínima que una falte a la reunión diaria dónde se administran los “repasitos” a todo el barrio.

Un disfraz casero muy sencillo

Y en el fondo, todos llevamos dentro algo de la vieja del visillo, así que ¿por qué no lo sacamos fuera y nos divertimos disfrazándonos de la popular señora? Un traje pasado de moda de alguna de nuestras abuelas, falda por debajo de las rodillas de corte recto y oscuro, un moño bien tensado y una rebequita mal abrochada y algo raída y ya tenemos atuendo.

Si lo completamos con unas medias arrugadas en los tobillos y unas zapatillas de paño más bien estiradas seremos todo o toda una aprendiz de espía tras los cortinajes. No olvides su característico gesto con la mandíbula bien tensa y marcada y esa mirada amenazadora que hace temblar a más de uno al insinuar que conoce todos los secretos que oculta.

Y si preferimos las más clásicas…

Entonces nuestra vieja para caracterizarnos es sin duda la Blasa, otro personaje de José Mota, esta con menos maldad pero con igual grado de simpatía, que triunfa en sus programas de humor. La Blasa es la típica vieja de pueblo, vestida totalmente de negro y con un pañuelo que le tapa el pelo.

Para ser una Blasa de manual no pueden faltar las gafas con uno de sus cristales totalmente opaco no se sabe bien si por los arañazos del tiempo o por una graduación exagerada que nos difumina la visión de sus ojos.

Así que en las fiestas de disfraces de este año, las dulces y venerables ancianitas (ejem ejem) triunfan por méritos propios: disfraces caseros sencillos, aptos para hombre y mujeres, fácilmente reconocibles y personajes de moda que gustan a todo el mundo.

Fiestas vikingas

En algunos pueblos de la Galiciaatlántica se celebran durante el verano fiestas populares en las que se recuerda como los habitantes de la tierra repelieron con mayor o menor éxito los desembarcos de los barcos vikingos que saqueaban a diestro y siniestro por todas las rutas por las que navegaban desde sus nórdicos orígenes.

No nos engañemos, en el fondo estas fiestas son una excusa para disfrutar de las tres cosas más divertidas que se pueden hacer en verano: disfrutar del mar, disfrazarse y tomarse un buen vino de la tierra.

Pero no son pocos los que se toman muy en serio su papel y se caracterizan a bordo de barcos que imitan las naves vikingas. En algunos casos estas caracterizaciones son dignas del mejor cine histórico y tanto las hordas salvajes como los antiguos y bravos gallegos se toman muy en serio sus papeles.

Un fiero vikingo

Los salvajes nórdicos se visten a base de pieles, eso si, cortas y escasas que aunque el verano en Galicia es más fresco tampoco es para exagerar, y vestimentas que imitan a antiguas ropa de cuero. Por supuesto no pueden faltar los típicos cascos adornados con cuernos que el cine se ha encargado de inmortalizar en múltiples ocasiones.

Se trata de conseguir el aspecto más sucio, salvaje y aterrador posible y en eso no hay duda que son expertos en el pueblo de Catoira, dónde se celebra el desembarco más conocido, aunque no el único en el que podemos usar nuestras ropas de bravo guerrero. En muchos casos los nórdicos saqueadores o los defensores gallegos se confunden un poco con los personajes de Braveheart pero es una pequeña “licencia histórica” que podemos obviar.

Las mujeres también pelean

Y aunque dudo que en aquella época las señoras vikingas viajaran en los barcos junto a sus compañeros, en estos desembarcos son mucho más feministas y ellas participan tanto en los fallidos intentos de evasión como en la defensa del pueblo a saquear. Pueden hacerlos en versiones muy guerras y temibles o con ropajes más sexys al más puro estilo Xena, la princesa guerrera. Un vestido negro convenientemente destrozado, lo largas trenzas y pinturas de guerra que tampoco hay que molestarse en aplicar concienzudamente pues una vez que nos metamos en el agua serán manchones en la cara sin lugar a dudas. En definitiva, sea con un traje fiel a la época, sea con la improvisación más casera, el final siempre será el mismo: los vikingos son expulsados, pero solo momentáneamente pues acabarán uniéndose a la fiesta y disfrutando de la comida y el vino hasta el amanecer.